
En la antesala de una nueva ronda de conversaciones de paz, Ucrania y Rusia intercambiaron algunos de los ataques más intensos del conflicto hasta la fecha. El domingo, drones ucranianos llevaron a cabo una operación sin precedentes que alcanzó más de 40 aviones militares rusos en varias bases aéreas del país, incluyendo bombarderos estratégicos Tu-95 y Tu-22M3, así como aeronaves de vigilancia A-50, según fuentes del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). Se estima que las pérdidas ascienden a unos 2000 millones de dólares.
La ofensiva, planificada durante más de un año y medio, fue liderada por el jefe del SBU, Vasyl Malyuk, y se ejecutó mediante drones lanzados desde casas móviles ocultas en camiones dentro del territorio ruso. El presidente Volodymyr Zelenski reveló que participaron 117 drones en tres zonas horarias diferentes, alcanzando el 34% de los portadores de misiles estratégicos enemigos.
En respuesta, Moscú confirmó ataques a cinco bases aéreas en todo el país, aunque minimizó los daños. Mientras tanto, Kiev fue blanco de uno de los bombardeos más extensos hasta la fecha, con sirenas que sonaron durante más de nueve horas. Un ataque contra un centro militar dejó al menos 12 muertos y forzó la dimisión del comandante de las Fuerzas Terrestres, Mykhaylo Drapatyi.
Los ataques coincidieron con la preparación de la segunda ronda de negociaciones de paz en Estambul, tras el encuentro inicial del 16 de mayo, que derivó en un acuerdo de intercambio de prisioneros. El presidente Zelenski confirmó que el ministro de Defensa, Rustem Umerov, liderará la delegación ucraniana, con el objetivo de lograr un alto el fuego total, la liberación de prisioneros y el retorno de niños deportados por Rusia.
En paralelo, dos puentes ferroviarios explotaron en las regiones rusas de Bryansk y Kursk, fronterizas con Ucrania, causando múltiples heridos y la interrupción del tráfico ferroviario. Moscú calificó los incidentes de “ataques terroristas” y abrió investigaciones penales. No se ha confirmado una relación directa entre ambos eventos, pero analistas ucranianos advierten que podrían ser acciones de bandera falsa destinadas a sabotear el diálogo de Estambul.
Por su parte, el Servicio de Inteligencia Militar de Ucrania informó que un tren militar explotó en la región ocupada de Zaporiyia, interrumpiendo las rutas logísticas hacia Crimea. El episodio se suma a una serie de eventos que elevan la tensión en un momento crucial para las negociaciones de alto nivel, que, según Zelenski, podrían abrir la puerta a una cumbre entre líderes para resolver los puntos más sensibles del conflicto.