3i/Atlas: el enigma del visitante interestelar y sus extraños volcanes de hielo
El objeto interestelar 3i/Atlas presenta volcanes de hielo activos, un fenómeno nunca antes observado en visitantes de otros sistemas estelares. Este descubrimiento abre nuevas preguntas sobre su composición química y actividad interna, con implicaciones para la química prebiótica y el origen de moléculas relacionadas con la vida. Se esperan observaciones cruciales durante su aproximación a la Tierra el 19 de diciembre.
El universo nunca deja de sorprendernos, y el caso del objeto interestelar 3i/Atlas es una prueba más. Las observaciones recientes del telescopio Joan Oró, en Montsec, han revelado algo tan inusual como fascinante: volcanes de hielo activos en un visitante procedente de otro sistema estelar. Un hallazgo que no solo despierta asombro, sino que abre interrogantes profundos sobre la composición y la dinámica de los cuerpos que viajan entre estrellas.
El fenómeno de los criovolcanes en 3i/Atlas
Hasta ahora, los criovolcanes eran un rasgo asociado a ciertos cuerpos del sistema solar exterior, como Tritón o Encélado. Sin embargo, 3i/Atlas rompe el guion conocido al mostrar chorros de gas y polvo que no encajan con la simple sublimación cometaria.
Estas emisiones parecen surgir de puntos muy concretos de su superficie, casi como si fueran pequeñas boquillas, dibujando un patrón que encaja con lo que denominamos actividad criovolcánica. La presión interna generada por la transición directa del CO₂ sólido a gas desencadena erupciones tan inesperadas como poco frecuentes en un objeto interestelar.
Composición química insólita
El astrofísico Jordi Trigo-Rodríguez subraya que la mezcla química de 3i/Atlas no se parece a nada observado hasta ahora. En ella se combinan hielo de dióxido de carbono, metales, sulfuros y trazas que evocan a las condritas carbonáceas, esos meteoritos primitivos considerados auténticas cápsulas del tiempo.
Esta composición tan singular sugiere que 3i/Atlas podría ser una especie de archivo químico de procesos que tuvieron lugar en otro sistema estelar, aportando pistas sobre cómo se forman y evolucionan los materiales en entornos muy distintos al nuestro.
El misterio va un paso más allá con la propuesta de un modelo que recurre a reacciones químicas internas para explicar la energía necesaria detrás de los criovolcanes. Según este escenario, la interacción entre líquidos oxidantes y granos metálicos en el interior del objeto podría liberar suficiente energía como para activar y sostener la actividad criovolcánica.
Se trata de un mecanismo sorprendente en una roca interestelar, que obliga a replantear qué tipo de procesos geológicos pueden operar en cuerpos formados lejos del sistema solar.
Implicaciones científicas y próximas observaciones
¿Qué implica todo esto para la ciencia? Para Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, se trata de un descubrimiento «extraordinario», porque demuestra que objetos nacidos en otros sistemas estelares pueden compartir procesos químicos y geológicos similares a los de ciertos cuerpos del sistema solar.
Esta similitud tiene un impacto directo en el estudio de la química prebiótica. Comprender cómo se originan moléculas orgánicas clave para la vida en contextos estelares diversos sigue siendo una de las grandes preguntas que movilizan a astrónomos y astrobiólogos.
El acercamiento histórico del 19 de diciembre
El próximo 19 de diciembre, 3i/Atlas alcanzará su punto de máximo acercamiento a la Tierra, en un tránsito cercano a la órbita de Júpiter que será clave para afinar las observaciones. Será la ocasión perfecta para recopilar datos de alta precisión sobre su actividad, su composición y la evolución de sus criovolcanes.
La expectación es máxima: nadie quiere perder detalle de cómo se comporta este visitante raro y esquivo. Cada nueva imagen y cada nuevo espectro se convertirán en una ventana abierta a procesos cósmicos que apenas comenzamos a comprender.