Los enigmáticos chorros del cometa 3I/Atlas desafían las expectativas científicas
El cometa interestelar 3I/Atlas presenta comportamientos inexplicables en sus chorros de gas, desafiando las teorías convencionales. Avi Loeb analiza diversas hipótesis, desde cambios en su rotación hasta posibles estructuras tecnológicas, en un fenómeno que atrae la atención de la comunidad científica a días de su máximo acercamiento a la Tierra.
El cometa interestelar 3I/Atlas se ha convertido en un verdadero misterio para la comunidad astronómica. A medida que se aproxima a su punto más cercano a la Tierra, programado para el 19 de diciembre de 2025, nuevos datos sugieren comportamientos extraños en sus chorros de gas, desconcertando a expertos y aficionados por igual. ¿Qué está pasando realmente con este visitante cósmico?
La anomalía de los chorros rectos y persistentes
Según el reciente artículo firmado por Avi Loeb, se ha registrado un fenómeno fuera de lo común: mientras el núcleo del cometa gira cada 16 horas y 16 minutos, los chorros de gas —que deberían curvarse o torcerse por el movimiento rotacional— permanecen extrañamente rectos y con una extensión que supera el millón de kilómetros. Estas estructuras observadas el 8 y 9 de noviembre parecen desafiar las leyes físicas conocidas.
Ahora, considerando que la velocidad media de emisión del gas ronda los 400 metros por segundo, debería llevar cerca de un mes para que un chorro alcance tal longitud. En ese lapso, el cometa habría dado más de 40 vueltas, lo cual, en teoría, tendría que traducirse en una curva visible en las colas de gas. Pero, curiosamente, no es así.
Hipótesis pero ninguna certezas
Ante este enigma, el propio Loeb evalúa varias posibilidades. Por un lado, la idea de un cambio en el periodo de rotación se pone en duda, dado que la desgasificación normalmente acelera, no frena, el giro del cometa. Otra explicación sobre la iluminación selectiva de ciertas cavidades para orientar los chorros no satisface el problema, ya que no explica por qué algunos apuntan en dirección contraria al Sol.
Por otro lado, cabe la especulación sobre si el cometa podría estar fragmentándose, dejando un rastro de chorros causados por estos pedazos expulsados. Sin embargo, las imágenes actuales descartan cualquier ruptura significativa del núcleo. Por último —y aquí la cosa se pone más intrigante— se plantea la controvertida hipótesis de que estos chorros fijos formen parte de estructuras tecnológicas, como si fuesen propulsores controlados, una idea que sin duda provoca un intenso debate.
Contexto y repercusiones científicas
Esta anomalía representa la número doce en la lista de comportamientos extraños observados en 3I/Atlas desde su llegada. Cada una de ellas desafía los modelos clásicos de cometas y plantea preguntas sin respuestas claras sobre su composición y origen. No es para menos que la comunidad científica se encuentre en alerta, pues entender estos fenómenos podría abrir nuevas ventanas sobre la formación y evolución de los cuerpos interestelares.
¿Estamos ante un visitante de otro mundo con secretos alucinantes? Mientras tanto, los telescopios más avanzados, incluidos el Hubble y el James Webb, apuntan con firmeza hacia 3I/Atlas, buscando pistas que arrojen luz sobre esta infinita incógnita.