Bolsonaro detenido por la Policía Federal: Brasil encamina al expresidente a cumplir 27 años de cárcel
La Policía Federal brasileña detuvo este sábado al expresidente Jair Bolsonaro en Brasilia en una custodia preventiva ordenada en el marco de sus restricciones judiciales, a solo unos días de que empiece a cumplir la condena de 27 años y tres meses de prisión por liderar un intento de golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022 frente a Luiz Inácio Lula da Silva. La medida, confirmada por su abogado y por fuentes policiales, se produce después de más de 100 días de arresto domiciliario estricto y reabre un pulso político y social que sigue partiendo al país en dos.
Detención preventiva y fin del arresto domiciliario
Bolsonaro fue trasladado a dependencias de la Policía Federal bajo la figura de detención preventiva/protectora, una medida cautelar que llega tras concluir su periodo de arresto domiciliario impuesto por violar restricciones en un caso paralelo. Por ahora, las autoridades no han detallado públicamente el motivo específico de la detención de este sábado, solo que responde a órdenes judiciales vigentes mientras avanzan los procedimientos.
Su entorno denunció el momento y la forma. Su portavoz, Fabio Wajngarten, criticó que se produjera “en sábado” y con el exmandatario alegando problemas de salud, recordando que el inicio formal de su ingreso en prisión estaba previsto para el 26 de noviembre.
La condena: 27 años por el intento de golpe de 2022
El expresidente fue sentenciado en septiembre por el Supremo Tribunal Federal a 27 años y tres meses tras ser hallado culpable de dirigir una trama para impedir la investidura de Lula y revertir el resultado electoral. La sentencia fue considerada un hito judicial en Brasil por la dureza del castigo y por fijar un precedente contra la impunidad en intentos de ruptura democrática.
Aunque el tribunal ya rechazó recientemente uno de sus recursos, la defensa aún mantiene vías de apelación, motivo por el que la orden definitiva de encarcelamiento por el caso del golpe no se había ejecutado todavía.
La estrategia de la defensa: pedir prisión domiciliaria
Los abogados de Bolsonaro han empezado a mover ficha para evitar que la pena se cumpla en un centro penitenciario ordinario. Su argumento pivota sobre su estado de salud, afectado desde el atentado con arma blanca que sufrió en 2018 y por complicaciones posteriores. Su objetivo es conseguir que, si se confirma la ejecución plena de la condena, pueda ser bajo régimen de arresto domiciliario.
Brasil ante un nuevo pico de polarización
La detención reaviva la fractura política. Para el bloque de Lula, es la confirmación de que el Estado de derecho funciona incluso para los más poderosos. Para el bolsonarismo, es la prueba de una supuesta persecución judicial. El país entra así en días sensibles, con movilizaciones previsibles y con un Congreso donde el peso de la derecha sigue siendo relevante pese a la caída del líder.
Impacto internacional: tensión con Washington
El caso Bolsonaro también ha tenido eco fuera de Brasil. En los últimos meses, la administración Trump ha criticado abiertamente el proceso judicial y llegó a aplicar tarifas y sanciones contra figuras cercanas al Supremo brasileño, elevando la tensión con el gobierno de Lula. La detención de hoy añade presión a una relación bilateral que ya venía cargada de fricciones.
En resumen, Brasil vive una jornada histórica: la detención preventiva de Bolsonaro acelera el camino hacia el cumplimiento de una pena sin precedentes para un expresidente democrático del país. El desenlace judicial sigue abierto por las apelaciones, pero el mensaje político ya está sobre la mesa: la era del “intocable” parece haber terminado.
