Geopolítica | Energía | Venezuela

EE.UU. confirma la incautación del petrolero Centuries frente a Venezuela y eleva la presión sobre las exportaciones de crudo

EPA/HENRY CHIRINOS

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) confirmó que la Guardia Costera, con apoyo del Pentágono, interceptó e incautó un nuevo buque sospechoso de transportar petróleo sujeto a sanciones en aguas internacionales frente a Venezuela. Es el segundo episodio de este tipo en menos de dos semanas y llega tras la orden de Donald Trump de intensificar el cerco a los petroleros sancionados que operan en el entorno venezolano.

Incautación confirmada: operación conjunta y un mensaje político explícito

Estados Unidos confirmó este sábado la incautación de un petrolero frente a la costa de Venezuela. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) indicó que la operación fue ejecutada por la Guardia Costera en coordinación con el Departamento de Defensa, e identificó al buque como el Motor Tanker Centuries, bajo sospecha de transportar crudo sujeto a sanciones.

La confirmación llegó acompañada de un mensaje de alto voltaje político en redes sociales, en un contexto en el que la Administración Trump está tratando de proyectar capacidad de control marítimo para cortar el flujo de ingresos energéticos del gobierno de Nicolás Maduro.

Contexto: “bloqueo” a petroleros sancionados y segunda acción en menos de dos semanas

El movimiento se enmarca en el endurecimiento de la estrategia estadounidense hacia Venezuela tras la orden presidencial de aplicar un “bloqueo” a los petroleros sancionados que entren o salgan del país. La acción sobre el Centuries se produce después de otra operación reciente y consolida la idea de que Washington quiere elevar el coste operativo —y el riesgo legal— del transporte marítimo asociado al crudo venezolano.

Qué transportaba el buque y por qué importa al mercado

Según la información publicada por Reuters y otras fuentes, el Centuries habría cargado alrededor de 1,8 millones de barriles de crudo venezolano Merey con destino a China. Si se mantienen las interrupciones, el impacto puede ir más allá del pulso bilateral: China es un comprador clave del crudo venezolano y cualquier fricción sostenida en el transporte puede añadir prima de riesgo al mercado energético.

Caracas denuncia “piratería” y amenaza con llevar el caso a instancias internacionales

La reacción venezolana fue inmediata. Caracas condenó la incautación y la describió como un acto de “piratería” o “secuestro” en aguas internacionales, anticipando acciones en foros multilaterales, incluida la vía de Naciones Unidas. El choque retórico subraya que el episodio no se interpretará como una incidencia técnica, sino como una escalada política.

La zona gris legal: buque sancionado vs. carga sancionada

Uno de los puntos sensibles es la discusión sobre el fundamento legal y el precedente que deja la operación. Distintos análisis señalan que el buque podría no figurar como entidad sancionada en sí misma, lo que desplaza el foco hacia la naturaleza de la carga y la doctrina de “interdicción” utilizada. En la práctica, el mensaje es disuasorio: advertir a operadores, aseguradoras y puertos de que la tolerancia operativa se estrecha.

Qué puede pasar ahora

A corto plazo, el mercado seguirá dos variables: (1) si EE. UU. convierte estas incautaciones en una pauta recurrente; y (2) si Venezuela responde con medidas de escolta o con cambios logísticos para proteger salidas. En paralelo, el episodio añade tensión a un tablero ya cargado en el Caribe, donde operaciones de seguridad marítima y energía se están mezclando con una narrativa de confrontación política.