Trump estudia acciones militares contra Maduro sin declarar guerra a Venezuela
Trump estudia opciones militares limitadas contra Venezuela: la Casa Blanca busca presionar a Maduro sin declarar la guerra
Washington reabre el debate sobre los límites del poder presidencial y el impacto de una intervención “quirúrgica” en América Latina.
En un giro delicado y potencialmente explosivo, la administración de Donald Trump estaría explorando opciones militares limitadas para presionar al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, sin llegar a declarar formalmente la guerra. Según reveló The New York Times, esta estrategia busca aplicar presión directa sobre el Gobierno venezolano a través de operaciones selectivas, evitando así los mecanismos legales y políticos que implican una autorización del Congreso. La noticia ha generado un intenso debate en Washington y preocupación en las capitales latinoamericanas, que temen un aumento de la inestabilidad en la región.
Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, la tensión con el régimen de Maduro se ha intensificado. Washington ha mantenido su objetivo de debilitar al mandatario venezolano y apoyar a la oposición, pero sin un consenso internacional claro sobre cómo hacerlo. El uso de sanciones económicas, aislamiento diplomático y apoyo a Juan Guaidó marcaron la política inicial. Sin embargo, la falta de resultados concretos parece haber llevado a la administración republicana a considerar medidas más drásticas.
El plan, según las filtraciones, busca una vía jurídica que permita atacar objetivos militares específicos dentro del aparato de defensa de Maduro, evitando al mismo tiempo la obligación constitucional de declarar la guerra. Esta interpretación legal se basaría en el argumento de que las “acciones militares limitadas” podrían ejecutarse bajo la autoridad del presidente como comandante en jefe, sin requerir la aprobación legislativa. Una maniobra que recuerda a precedentes como las intervenciones en Libia o Siria, donde las acciones militares se justificaron como “defensivas” o “preventivas”.
Asesoría legal y el debate sobre la autoridad presidencial
Dentro de la Casa Blanca, asesores y juristas trabajan para definir los límites exactos del poder presidencial en este contexto. Según las fuentes citadas por The New York Times, varios consejeros han solicitado al Departamento de Justicia establecer un marco legal que respalde este tipo de operaciones. En esencia, se trataría de legitimar ataques específicos sin necesidad de una resolución del Congreso, siempre que se argumente que representan una amenaza directa o inmediata para los intereses estadounidenses.
Sin embargo, esta interpretación genera fuertes críticas entre constitucionalistas y legisladores de ambos partidos, quienes advierten sobre la erosión de los contrapesos democráticos. La posibilidad de que el presidente actúe unilateralmente en conflictos armados, amparado en una lectura flexible de la ley, reaviva un viejo debate sobre los límites del poder ejecutivo y la supervisión del Congreso en materia bélica.
Implicaciones geopolíticas y regionales
Más allá del debate legal, las implicaciones geopolíticas son profundas. Una intervención militar, incluso limitada, contra Venezuela podría tener consecuencias imprevisibles en el equilibrio político de América Latina. La región se encuentra en un momento de tensiones crecientes, y una acción militar por parte de Estados Unidos podría exacerbar la división entre los gobiernos aliados de Washington y aquellos más cercanos a Caracas, como Cuba o Nicaragua.
Además, esta estrategia podría tensar las relaciones con Brasil, Colombia o México, países que, aunque críticos con Maduro, prefieren evitar un conflicto abierto que altere la estabilidad regional. Los analistas advierten que una acción “quirúrgica” podría ser percibida como una intromisión en los asuntos internos de América Latina, reviviendo los fantasmas de la política intervencionista estadounidense del siglo XX.
Riesgos para la seguridad regional
Los riesgos de una escalada militar no son menores. En un contexto de crisis humanitaria y política dentro de Venezuela, cualquier movimiento de carácter bélico podría desencadenar un conflicto más amplio, con consecuencias humanitarias y migratorias significativas. Expertos en seguridad señalan que una intervención limitada podría provocar reacciones en cadena dentro del ejército venezolano, polarizar aún más a la población e incluso motivar alianzas inesperadas entre regímenes adversarios de Estados Unidos.
La situación exige prudencia. Si la administración Trump decide avanzar por esta vía, lo hará navegando entre aguas extremadamente turbulentas, tanto en el plano legal como en el diplomático. La pregunta de fondo sigue siendo la misma que ha acompañado a Washington durante décadas: ¿hasta dónde puede —o debe— llegar Estados Unidos en su política exterior sin romper el equilibrio entre autoridad presidencial, control legislativo y estabilidad internacional?

