Europa se aferra al consumo: las ventas minoristas suben por sorpresa y devuelven oxígeno a la economía del euro
El comercio minorista en la zona euro registró un incremento del 0,1% en agosto respecto al mes anterior, según los últimos datos de Eurostat, mientras que en el conjunto de la Unión Europea permaneció estable. En términos interanuales, las ventas aumentaron un 1% en la Eurozona y un 1,1% en el bloque comunitario, impulsadas por el consumo de alimentos y carburantes, aunque el gasto en productos no alimentarios sigue débil.
El informe publicado este lunes por Eurostat confirma que la economía europea mantiene una senda de crecimiento contenida pero constante en el comercio minorista, un sector clave para medir la evolución del consumo y la confianza de los hogares. Pese a la moderación de los precios y la mejora de las condiciones de empleo, el gasto de los consumidores europeos avanza con prudencia en medio de la persistente incertidumbre económica.
En detalle, las ventas de alimentos, bebidas y tabaco aumentaron un 0,3% en la Eurozona y un 0,2% en el conjunto de la UE, mientras que las de productos no alimentarios descendieron un 0,1% en ambas áreas. El comercio de combustibles para automóviles mostró un mejor comportamiento, con un alza del 0,4% en la Eurozona y del 0,3% en la UE, reflejando la recuperación parcial de la movilidad tras el verano.
Por países, Lituania lideró las subidas mensuales con un avance del 1,7%, seguida de Chipre y Malta, ambas con un 1,5%, y Suecia, que registró un 1,1%. En contraste, Rumanía experimentó la mayor caída, con un descenso del 4%, atribuida a la contracción del consumo doméstico y al menor dinamismo del comercio electrónico.
En el balance interanual, la Eurozona logró un crecimiento del 1%, lo que refleja una lenta pero sostenida mejora del consumo en comparación con 2024, cuando la inflación y las tasas de interés frenaron la actividad comercial. El repunte coincide con el cambio de tono del Banco Central Europeo, que ha suavizado su política monetaria tras confirmar la desaceleración de la inflación al 2,2%, su nivel más bajo en casi tres años.
Los analistas interpretan el dato como una señal de resiliencia del consumidor europeo, aunque advierten que el crecimiento sigue siendo desigual entre regiones. “El consumo está resistiendo mejor de lo esperado, pero todavía es vulnerable a las tensiones geopolíticas y al precio de la energía”, explicó un informe de ING Research.
La estabilidad del comercio minorista también refleja un ajuste del gasto hacia bienes esenciales, mientras los hogares siguen conteniendo las compras de productos duraderos y tecnología. Los expertos coinciden en que la recuperación del sector dependerá de la evolución del mercado laboral, las políticas fiscales nacionales y la confianza en la economía europea durante el último trimestre del año.