Powell cedió ante Trump: ¿Estamos ante el fin del sistema financiero tradicional?
Jerome Powell sorprende al detener el quantitative tightening, alineándose con las políticas expansivas reclamadas por Trump. Mientras Estados Unidos enfrenta un sistema financiero frágil y una carrera tecnológica complicada frente a China, los precios del oro y la plata alcanzan niveles históricos. Este cambio podría marcar el inicio de un nuevo orden financiero global.
La política monetaria estadounidense ha dado un vuelco que nadie esperaba tan pronto. Jerome Powell, presidente de la FED, ha decidido poner fin al quantitative tightening, dando paso a una inyección implícita de liquidez. Este movimiento, que muchos interpretan como una rendición tácita a las presiones expresadas desde la administración Trump, marca una era en la que el sistema financiero parece depender de estímulos constantes para sostenerse.
¿Qué significa que la FED haya detenido el quantitative tightening? En resumidas cuentas, se trata de revertir el endurecimiento monetario que muchos consideraban necesario para controlar la inflación y fortalecer la economía a largo plazo. Sin embargo, las tensiones del sistema financiero y la presión sobre Wall Street han pesado más.
Powell se ha volcado, en cierto modo, a apoyar a la banca comercial, que ya venía inyectando liquidez de manera estimulante por su cuenta. Esta medida no solo sostiene temporalmente los índices bursátiles, también evidencia la fragilidad intrínseca de la estructura financiera estadounidense, que no puede permitirse abandonar el respaldo monetario sin desatar volatilidad intensa.
Desde la Casa Blanca, durante la presidencia de Trump, se reclamó en varias ocasiones una política monetaria más expansiva para sostener la economía y evitar shocks. La FED ahora parece alinearse con esas demandas, aunque de manera forzada y en un contexto muy distinto. ¿Estamos ante una vuelta a las prácticas del pasado o el inicio de algo nuevo?
El auge imparable de los metales preciosos
La incertidumbre monetaria ha disparado históricamente el valor de activos refugio. Y esta vez no es la excepción. El oro y la plata están en máximos que no se veían desde hace años, reflejo de la pérdida de confianza en las monedas fiat.
Los inversores, desconfiados y buscando preservar su poder adquisitivo, han volcado sus recursos hacia estos metales. Esto no solo es un síntoma económico, sino un claro síntoma político y social: se anticipa un reordenamiento global donde ya no solo manda el dólar.
Los movimientos en los mercados metálicos obedecen a varios factores: desde la depreciación de las divisas tradicionales, hasta la creciente tensión comercial y geopolítica, pasando por la inflación galopante que nadie logra controlar. Todo esto forma un cóctel que incentiva a los inversores a refugiarse en la tangible seguridad del oro y la plata.
China y la nueva carrera tecnológicaMientras Estados Unidos lucha para mantener su estabilidad financiera, China avanza aceleradamente en la carrera tecnológica, especialmente en inteligencia artificial, una industria que requiere inversiones masivas y constantes.
La restricción de liquidez en EE.UU. podría limitar su capacidad para competir efectivamente frente a Beijing. Si el gasto en capital disminuye, la supremacía económica y tecnológica estadounidense podría quedar en entredicho, lo que a la postre incidirá en el equilibrio global.
Implicaciones geopolíticas y económicasNo olvidemos que la volatilidad del mercado, sumada a las tensiones comerciales y a la inflación, empuja a una inevitable reforma profunda del sistema financiero mundial. ¿Será esta la antesala a un orden multipolar donde China juega un papel protagonista?