El sistema de conducción autónoma vuelve a situar a Tesla bajo el escrutinio de los reguladores

Tesla se deja un 2 % en bolsa tras la apertura de una investigación en EE. UU. por posibles fallos de su sistema de conducción autónoma

EPA / CAROLINA BRETMAN

Las acciones de Tesla cayeron este jueves un 2 % después de que la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés) anunciara una investigación sobre 2,88 millones de vehículos equipados con el sistema de conducción autónoma total, conocido como Full Self-Driving (FSD). La agencia ha identificado comportamientos irregulares que podrían infringir normas de seguridad vial, abriendo un nuevo frente para el fabricante liderado por Elon Musk.

El golpe bursátil llegó inmediatamente después de que la NHTSA confirmara el inicio de una investigación formal sobre los modelos equipados con FSD, el software de conducción autónoma de Tesla. Según Reuters, el organismo ha recibido 58 informes de fallos, incluyendo 14 accidentes y 23 heridos relacionados con el sistema. En algunos casos, los vehículos habrían cometido infracciones de tráfico, como saltarse semáforos o desviarse fuera de su carril cuando el modo FSD estaba activado.

El anuncio hizo caer las acciones de Tesla un 2,01 %, situando el precio en 429,86 dólares a las 10:05 a. m. (hora del Este). El descenso refleja el nerviosismo de los inversores ante el riesgo de sanciones regulatorias o incluso de una retirada masiva de vehículos (recall) si la investigación confirma defectos de seguridad.

La NHTSA explicó en un comunicado que el objetivo de la investigación es determinar si el software “induce un comportamiento del vehículo que infringe las normas de seguridad vial”, un lenguaje poco habitual que indica la gravedad del caso.

No es la primera vez que Tesla se enfrenta a un escrutinio de este tipo. En los últimos años, la NHTSA ha abierto más de una docena de investigaciones relacionadas con los sistemas de asistencia a la conducción de la compañía, especialmente tras accidentes que involucraron al modo Autopilot, el precursor del actual FSD.

En diciembre de 2023, Tesla ya se vio obligada a actualizar más de 2 millones de vehículos por un problema similar: el sistema no alertaba con suficiente claridad al conductor sobre la necesidad de mantener la atención al volante. Aquel episodio llevó a la empresa a implementar actualizaciones remotas de software, una medida que le permitió evitar un recall físico pero que no calmó las críticas de los reguladores.

En esta ocasión, la NHTSA ha destacado que la nueva investigación podría derivar en “acciones adicionales” si se determina que los defectos ponen en riesgo la seguridad pública. Según The Verge, los ingenieros del organismo están analizando registros de datos y telemetría de los vehículos implicados para determinar si el comportamiento errático del FSD se debe a fallos de programación o a errores de uso por parte de los conductores.

El FSD es una de las piedras angulares del futuro de Tesla. Elon Musk ha prometido en repetidas ocasiones que el sistema convertirá a sus vehículos en robotaxis completamente autónomos, un plan que sustenta parte de la valoración bursátil de la compañía. Sin embargo, cada tropiezo regulatorio retrasa ese objetivo y pone en duda la viabilidad de sus plazos.

La compañía mantiene que el FSD mejora la seguridad y reduce los accidentes, y que los incidentes reportados representan “una fracción mínima” del total de kilómetros recorridos con el sistema activo. Aun así, Tesla deberá entregar información técnica completa a la NHTSA en las próximas semanas, incluyendo datos de actualizaciones, versiones de software y condiciones de funcionamiento de los vehículos investigados.

La respuesta de la empresa será crucial: si la agencia concluye que hubo negligencia en la implementación del sistema, Tesla podría enfrentarse a sanciones económicas y a un golpe reputacional en su expansión internacional, especialmente en Europa, donde las regulaciones sobre conducción autónoma son más estrictas.

Pese al descenso del 2 %, los analistas de Wedbush y Morgan Stanley señalaron que el impacto a largo plazo dependerá de la magnitud de la investigación. “Si el problema se limita a una actualización de software, el daño será limitado. Pero si se demuestra una falla estructural en el diseño del FSD, el golpe podría extenderse durante meses”, explicó Dan Ives, analista de Wedbush, en una nota recogida por CNBC.

Por ahora, el mercado observa a Tesla con una mezcla de escepticismo y expectativa. En un contexto donde la competencia en vehículos eléctricos se intensifica —con rivales como BYD, Rivian y Lucid avanzando rápidamente—, el gigante de Elon Musk necesita demostrar que su innovación puede convivir con la seguridad.

 La investigación de la NHTSA no solo pone a prueba la tecnología de Tesla, sino su credibilidad. La conducción autónoma es el futuro de la movilidad, pero la confianza del público y de los reguladores será el verdadero acelerador del cambio.