La deuda a largo plazo de EE.UU. mantiene fuerte demanda en los mercados

El Tesoro de EE.UU. coloca $12.900 millones en bonos a 20 años con rendimiento del 4,61%

l Tesoro de EE.UU. coloca $12.900 millones en bonos a 20 años con rendimiento del 4,61%

El Departamento del Tesoro estadounidense cerró este miércoles una subasta de deuda a 19 años y 11 meses por 12.900 millones de dólares, con un rendimiento máximo del 4,613% y una sólida demanda reflejada en la mejor relación de cobertura desde julio.

La última subasta de bonos a casi 20 años del Tesoro de Estados Unidos confirma el apetito de los inversores por la deuda a largo plazo pese a la incertidumbre macroeconómica y a la espera de próximos movimientos de la Reserva Federal. La operación, por un total de 12.900 millones de dólares, registró un rendimiento máximo del 4,613%, según datos oficiales del Tesoro.

Uno de los aspectos más destacados fue el bid-to-cover ratio —la medida que refleja la demanda de los inversores en relación con la oferta—, que alcanzó 2,74. Se trata del nivel más alto desde julio y superior al 2,54 registrado en agosto, lo que demuestra un incremento significativo en el interés por estos títulos. En total, las pujas de los inversores sumaron 35.600 millones de dólares, frente a los 12.900 millones finalmente adjudicados.

En cuanto al reparto, los primary dealers —los intermediarios principales que actúan como contrapartes del Tesoro— absorbieron 976,44 millones de dólares, aproximadamente un 7,5% del total. El resto, unos 11.900 millones (el 92,4% de las adjudicaciones), fue a parar a inversores directos e indirectos, lo que refleja la fuerte participación internacional e institucional en la operación.

Tras el anuncio, el rendimiento del bono a 20 años en el mercado secundario retrocedió ligeramente, con una caída de 1,2 puntos básicos hasta el 4,605%. Este movimiento sugiere que la demanda en la subasta alivió parcialmente la presión sobre los tipos en ese tramo de la curva.

El resultado se interpreta como una señal de confianza en la deuda soberana estadounidense a largo plazo, en un contexto en el que los mercados siguen ajustando expectativas respecto a los futuros recortes de tipos de la Fed y al impacto que podrían tener en la curva de rendimientos. Además, la robustez en la demanda apunta a que, pese al elevado coste de financiación, la deuda estadounidense continúa siendo un refugio atractivo en el escenario global.