Wall Street retrocede: el Nasdaq pierde 135 puntos y el mercado se atrinchera antes del “aluvión” de datos
Los principales índices de Wall Street cerraron en rojo este lunes, con el Nasdaq como el más penalizado, mientras los inversores ajustan carteras antes de una semana cargada de indicadores clave de empleo, actividad e inflación que pueden redefinir la hoja de ruta de los tipos de interés. En paralelo, el mercado digiere las informaciones sobre la sucesión en la Reserva Federal, con Kevin Warsh y Kevin Hassett como finalistas para el puesto.
Wall Street frena antes de una semana decisiva para la Fed
Los principales índices de Wall Street cerraron a la baja el lunes, en una sesión marcada por el reposicionamiento previo a un calendario macroeconómico especialmente denso. En el tramo final, el S&P 500 cedió 9,95 puntos (-0,15%) hasta 6.816,34; el Nasdaq Composite cayó 135,14 puntos (-0,58%) hasta 23.060,03; y el Dow Jones retrocedió 41,43 puntos (-0,09%) hasta 48.416,62. La lectura del mercado es clara: con datos críticos por delante, el inversor prefiere reducir exposición táctica y elevar la disciplina de riesgo, en lugar de estirar valoraciones a ciegas.
El mercado mira a la Fed… y al futuro presidente del banco central
Además del calendario de indicadores, la sesión estuvo condicionada por las informaciones sobre la carrera para suceder al presidente de la Reserva Federal. Un reporte apuntó a que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habría reducido su lista final para liderar la institución a dos nombres: el exgobernador de la Fed Kevin Warsh y el director del Consejo Económico Nacional Kevin Hassett. La posibilidad de un perfil percibido como más proclive a relajar condiciones financieras —un enfoque “más expansivo” desde la óptica del mercado— ha alimentado expectativas de recortes de tipos el próximo año.
Sin embargo, esa narrativa choca con un hecho incómodo: la inflación continúa por encima del objetivo del 2% y, fuera de Estados Unidos, las presiones de precios en otras economías desarrolladas mantienen vivo el debate sobre si el ciclo de recortes podría ser menos lineal de lo que descuentan algunos tramos de la curva. En otras palabras, el mercado está atrapado entre dos fuerzas: el deseo de un banco central más acomodaticio y el riesgo de que los datos obliguen a mantener el pie cerca del freno.
La semana de datos: nóminas, actividad, paro e inflación
El foco inmediato se traslada al “aluvión” de publicaciones que pueden mover tanto la renta variable como la renta fija. El martes se esperan las nóminas no agrícolas correspondientes a octubre y noviembre. El dato de octubre llega con retraso tras el cierre temporal del Gobierno a principios del trimestre, lo que añade un componente técnico: el mercado no solo analizará el número, sino también la consistencia de la serie y si la normalización estadística altera la lectura de tendencia.
Durante la semana también se publicarán informes sobre actividad empresarial, las solicitudes semanales de subsidio de desempleo y, especialmente, los datos de inflación. La combinación es relevante porque define el equilibrio que persigue la Fed: si el empleo se enfría más de lo previsto, crece la presión para recortar; si la inflación se resiste, aumenta el coste reputacional de acelerar la relajación monetaria. En ese punto, el mercado tiende a funcionar con una lógica de “confirmación”: busca señales que avalen el escenario que tiene en precio, y castiga con volatilidad cualquier desviación.
Tesla pone el contrapunto: sube un 3,56% por el impulso del robotaxi
En medio del tono defensivo, Tesla actuó como excepción y cerró con un avance del 3,56%. El catalizador fue el comentario de su consejero delegado, Elon Musk, señalando que el fabricante está probando su robotaxi sin monitores de seguridad en el asiento delantero. Para el mercado, cualquier progreso tangible —o percibido como tal— en autonomía y monetización de software reaviva la tesis de Tesla como plataforma tecnológica, especialmente en momentos en los que otros nombres del crecimiento se mueven con mayor sensibilidad a tipos e inflación.
El “efecto calendario” y la cautela de fin de año
La sesión también refleja una dinámica estacional: a medida que se acerca el cierre del ejercicio, los gestores tienden a ajustar exposición para reducir sorpresas y consolidar resultados. Esto no implica necesariamente un cambio estructural de tendencia, pero sí eleva la probabilidad de movimientos bruscos ante cualquier dato que altere la narrativa dominante. En este entorno, el mercado puede entrar en modo “las malas noticias son buenas” si interpreta que un enfriamiento económico abre la puerta a recortes; o en modo “las malas noticias son malas” si el deterioro se percibe como amenaza a beneficios y crecimiento. La diferencia suele estar en un matiz: si la inflación acompaña o no acompaña.
Bancos centrales globales: Europa, Reino Unido y Japón también pesan
Por último, a la agenda estadounidense se suma una semana intensa de bancos centrales fuera de Estados Unidos. Las decisiones de tipos en Europa, Reino Unido y Japón añaden complejidad a la lectura de mercado, porque afectan al dólar, a los flujos globales y al coste de capital internacional. Con el Nasdaq liderando la debilidad y con los inversores calibrando el próximo capítulo de la Fed, el mensaje del lunes es coherente: el mercado no está huyendo del riesgo, pero sí está exigiendo más evidencia y menos fe justo antes de que lleguen los datos que pueden inclinar el tablero.