La FED y Wall Street en la encrucijada, Jamie Dimon advierte sobre Europa y Zelensky planta cara a Trump

En un ambiente cargado de incertidumbre y expectativas, la Reserva Federal estadounidense (FED) se ha convertido en el epicentro de la atención del mercado global. Mientras Wall Street aguarda con ansiedad las futuras señales sobre los tipos de interés, otras potencias se enfrentan a tensiones económicas y geopolíticas que marcan el pulso internacional. Esta semana, entre terremotos económicos y políticos, líderes como Jamie Dimon o Volodímir Zelensky aportan su visión haciendo vibrar la agenda mundial.

El gigante financiero de Nueva York respira expectante, con la mirada puesta en Washington. La reunión de la FED que empieza hoy es clave para dar forma al panorama económico final de este 2025. ¿Bajarán los tipos o la FED mantendrá una postura dividida prolongando la incertidumbre? La ansiedad que se siente en los pasillos del mercado palpa la tensión de un ciclo de tipos divergente en comparación con Europa y Japón.

Es curioso cómo, justo cuando la ciudad ya luce luces navideñas, la economía puede ser cualquier cosa menos festiva. La posible apertura hacia rebajas en las tasas sería vista como un salvavidas para reactivar una economía que cojea, aunque también existen quienes temen que cualquier señal de debilidad interna pueda enardecer la volatilidad.

Un pequeño rally bursátil apenas ha logrado calmar los ánimos. Los inversores no celebran a lo grande; saben que la verdadera prueba está en las palabras de Jerome Powell, a quienes todos miran mañana con lupa. La pregunta no es solo si habrá cambios, sino qué mensaje de fondo quiere enviar la FED sobre la fortaleza y dirección futura del país.

La situación japonesa exhibe una compleja dualidad. Por un lado, la economía nipona podría sufrir un impacto directo si finalmente el Banco de Japón se decide a subir tipos el 19 de diciembre. Paralelamente, la reciente actividad sísmica con un terremoto de magnitud 7,5 genera más incertidumbre y miedo ante una posible réplica.

Esta combinación de factores, que algunos ya llaman una especie de “segundo terremoto”, genera un aumento palpable en la volatilidad de los mercados asiáticos y globales. El riesgo no es solo financiero, es también humano y político, lo que multiplica el efecto dominó. Japón parece bailar al ritmo de la fragilidad, a punto de desestabilizar el escenario internacional.

La atmósfera política entre Estados Unidos y Europa se tensa. Las críticas del expresidente Donald Trump contra la Unión Europea, especialmente tras la sanción millonaria a X, vuelven a poner el foco sobre la fragmentación del bloque europeo. Así, la batalla por el papel regulatorio y democrático de la UE está lejos de resolverse.

En este contexto, Jamie Dimon, el CEO de JPMorgan, ha lanzado advertencias contundentes. Según él, Europa parece perder terreno ante la burocracia y la lentitud para reaccionar, un lastre que podría impactar también en la economía estadounidense. La afirmación de que la fragmentación europea representa un riesgo para Estados Unidos da para reflexionar bastante, porque revela cómo están entrelazadas y dependientes estas grandes potencias.

Mientras, la innovación tecnológica no se detiene. La aprobación estadounidense para que Nvidia exporte su chip H200 a China dinamizó su cotización en bolsa, un impulso estratégico muy significativo. Y en otro frente, la guerra del entretenimiento se intensifica: Paramount lanza una oferta hostil valorada en 108.000 millones para bloquear la compra de Warner Bros. Discovery por Netflix. La competencia no solo es financiera, también es cultural y tecnológica.