Refoyo: “Trump se merece el Nobel de la Paz… pero por unir a Rusia, China e India”
Las tensiones y amenazas comerciales de Donald Trump han tenido un efecto contrario al esperado: lejos de dividir, han estrechado los lazos entre Moscú, Pekín y Nueva Delhi. Refoyo ironiza con la idea de un “Nobel Trump” por haber conseguido la unión de potencias históricamente distantes, que hoy se presentan como un frente común en la construcción de un nuevo orden mundial.
En un escenario global cada vez más fragmentado, los movimientos de Donald Trump están generando consecuencias que pocos habían anticipado. Según el analista Enrique Refoyo, las políticas de presión y la diplomacia de “palo o palazo” del expresidente estadounidense no han debilitado la alianza entre Rusia y China ni han conseguido aislar a India, sino que, paradójicamente, han fortalecido su cooperación.
El contexto geopolítico se ha intensificado con la guerra en Ucrania, las sanciones occidentales a Moscú y el endurecimiento de las tensiones en Asia. Frente a ello, China, Rusia e India aparecen cada vez más alineadas, no solo en foros como los BRICS o la Organización de Cooperación de Shanghái, sino también en gestos simbólicos como el gran desfile militar celebrado en Pekín, que reunió a Vladimir Putin, Xi Jinping y Narendra Modi.
Refoyo subraya que Trump ha terminado actuando como catalizador involuntario de este bloque. Sus amenazas de aranceles a Nueva Delhi y su desprecio hacia el peso estratégico de India han empujado a Modi a buscar mayor cercanía con China y Rusia. “Trump creía que podía tratarlos como a socios menores, pero ha conseguido que tres civilizaciones milenarias se den la mano frente a un enemigo común”, señala el analista.
El vínculo no se limita a lo militar. La cooperación energética, el comercio en monedas locales y los proyectos conjuntos en tecnología y espacio refuerzan la idea de que este triángulo estratégico busca construir un orden económico alternativo al dominado por Estados Unidos y Europa. Para Refoyo, estamos ante un “Nobel de la Paz al revés”: no por promover la concordia en Occidente, sino por unir a potencias emergentes contra el modelo estadounidense.
El análisis también recuerda que India, con sus 1.400 millones de habitantes y un crecimiento sostenido cercano al 6% anual, es una pieza clave de esta ecuación. Lejos de plegarse a las presiones de Washington, Nueva Delhi aprovecha su posición intermedia para aumentar su influencia, tanto en Asia como en los mercados internacionales.
Los símbolos pesan, y mucho. El apretón de manos entre Putin, Xi y Modi ha sido interpretado como un mensaje inequívoco: frente al unilateralismo de Estados Unidos, estos países buscan sentar las bases de un orden multipolar. Refoyo lo resume con ironía: “Trump puede presumir de ser el gran ‘dealmaker’, pero lo que realmente ha conseguido es estar solo en su jardín mientras otros países juegan juntos la partida decisiva”.