Francia levanta restricciones de viaje al CEO de Telegram, Pavel Durov

La noticia ha corrido como pólvora en el mundo tecnológico y legal: las autoridades francesas han decidido dar un paso atrás y levantar todas las restricciones que pesaban sobre Pavel Durov, el emblemático CEO de Telegram. Esto incluye la eliminación de la obligación de presentarse periódicamente ante la policía y la libertad total para viajar, algo que hasta ahora estaba limitado y bajo estricta supervisión.

Desde hace meses, Durov ha estado en el ojo del huracán judicial francés debido a investigaciones que apuntan a posibles complicidades en delitos cometidos a través de la plataforma Telegram. La aplicación, conocida por su encriptación robusta y privacidad, es también foco de debates sobre seguridad y regulación.

Las autoridades impusieron medidas cautelares que incluían la obligación de permanecer en territorio francés y presentarse regularmente ante la policía. Esto, sin duda, limitaba su libertad personal y profesional en un mundo donde la movilidad es crucial.

En junio de 2025, ya se había dado un primer paso de apertura permitiendo a Durov viajar a Dubái de forma limitada. Esta maniobra indicaba que, aunque la investigación seguía en marcha, las autoridades buscaban un equilibrio entre la vigilancia y la libertad.

La decisión de París no implica el cierre de causas judiciales; Durov continúa siendo investigado. Sin embargo, se le concede la movilidad sin restricciones, un movimiento que podría interpretarse como un reconocimiento a la dificultad de contener a una figura clave en la industria tecnológica con métodos tradicionales.

¿Qué significa esto en la práctica? Pavel Durov podrá desplazarse, participar en eventos internacionales y gestionar los asuntos de Telegram sin el lastre burocrático que antes padecía. Un alivio sin duda para su equipo y posiblemente para los mercados que observan de cerca cada paso del empresario.

Este fallo puede marcar un precedente en cómo las autoridades enfrentan a las plataformas digitales que se posicionan entre la privacidad y el control legal. Telegram, con millones de usuarios activos, se reafirma como un actor difícil de silenciar o limitar, pese a las presiones regulatorias.