Tragedia en los rascacielos de Tai Po

El infierno en Hong Kong: el incendio en varias torres deja ya 83 muertos y más de 250 desaparecidos

EPA/LEUNG MAN HEI

La cifra de fallecidos por el devastador incendio en un complejo residencial del distrito de Tai Po, en Hong Kong, asciende ya a 83 muertos, con 79 heridos y más de 250 personas aún desaparecidas, según el último balance oficial. Las autoridades dan por casi completas las labores de extinción y centran ahora todos los recursos en búsqueda y rescate, mientras crecen las sospechas sobre el papel de andamios y materiales altamente inflamables en la rápida propagación del fuego.

Balance dramático y giro hacia la búsqueda y rescate

Las autoridades de Hong Kong confirmaron que el balance de víctimas mortales por el gran incendio declarado en un complejo de torres residenciales en el distrito de Tai Po ha aumentado hasta los 83 fallecidos, mientras 79 personas permanecen heridas y más de 250 siguen en paradero desconocido.

El subdirector de Bomberos, Derek Chan, explicó que las labores de extinción se encuentran en su fase final y que se espera que el fuego quede totalmente sofocado hacia las 9.00 de la mañana del viernes, hora local. Aun así, advirtió de que el operativo sigue siendo extremadamente complejo, con 25 llamadas de emergencia aún pendientes de respuesta, incluidas tres recibidas en las últimas horas, lo que sugiere que podría haber más personas atrapadas o en situación de riesgo.

En cuanto la intensidad de las llamas permitió el acceso seguro al interior de los edificios, la prioridad se desplazó a una operación centrada en la búsqueda y rescate de supervivientes, planta por planta y vivienda por vivienda. Equipos especializados trabajan entre estructuras dañadas, humo residual y temperaturas todavía elevadas, mientras se levantan cordones de seguridad para evitar nuevos derrumbes y proteger a los efectivos desplegados.

Andamios, materiales inflamables y posibles responsabilidades penales

La magnitud del desastre no solo se explica por la virulencia del fuego, sino por el papel que podrían haber jugado los materiales presentes en las zonas en obras. La Policía apunta a que andamios inflamables y paneles de espuma utilizados durante trabajos de mantenimiento habrían actuado como acelerantes, facilitando que las llamas se propagasen con rapidez tanto por el exterior como por el interior del complejo residencial.

Los investigadores sostienen que estos elementos, sumados a deficiencias en algunos puntos de evacuación y ventanas parcialmente bloqueadas, habrían creado un entorno letal: corredores convertidos en chimeneas de humo, temperaturas extremas en escaleras y zonas comunes, y vecinos atrapados sin rutas de salida viables.

Las autoridades han advertido que, si se confirma el uso de materiales no aptos o en contra de la normativa de seguridad, podrían formularse cargos de homicidio por negligencia grave contra responsables de las obras, contratistas y, eventualmente, otros implicados en la cadena de decisiones. La investigación se centra ahora en los permisos de reforma, los informes técnicos y los contratos vinculados al mantenimiento del edificio.

Una tragedia que reabre el debate sobre la seguridad en altura

El incendio de Tai Po se suma a una lista de episodios que vuelven a poner bajo el foco la seguridad en edificios de gran altura en Hong Kong, una de las ciudades con mayor densidad urbana del mundo. La combinación de torres residenciales antiguas, reformas parciales y presión inmobiliaria ha generado en los últimos años preocupación entre expertos en riesgos y asociaciones vecinales.

Organizaciones de defensa de los inquilinos reclaman ahora una revisión exhaustiva de los estándares de obra y materiales utilizados en fachadas, andamios y recubrimientos, así como inspecciones más estrictas durante los trabajos de mantenimiento. La posible utilización de espuma y otros compuestos altamente inflamables alimenta las críticas a un sistema que, denuncian, prioriza el coste sobre la seguridad.

Mientras tanto, la ciudad intenta asimilar el impacto humano de la tragedia. Familias enteras aguardan noticias en puntos habilitados para el registro de desaparecidos, mientras se habilitan espacios para apoyo psicológico y asistencia social a los afectados. En paralelo, el Gobierno local se enfrenta a una presión creciente para aclarar responsabilidades, revisar la normativa y garantizar que un incendio de esta magnitud no vuelva a encontrar a vecinos y servicios de emergencia en una situación de vulnerabilidad semejante.

A la espera de que concluya la búsqueda y se confirme el número final de víctimas, el incendio de Tai Po queda ya marcado como uno de los episodios más mortíferos en la historia reciente de Hong Kong, y como un punto de inflexión en el debate sobre cómo se construyen, se mantienen y se protegen las ciudades verticales del siglo XXI.