Geopolítica en tensión: la OTAN, Rusia y el futuro del espacio aéreo ucraniano

Medvédev advierte: imponer una zona de exclusión aérea sobre Ucrania podría desencadenar un conflicto directo entre Rusia y la OTAN

El vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, lanzó una seria advertencia tras las crecientes propuestas internacionales para proteger el espacio aéreo ucraniano. Según su postura, establecer una zona de exclusión aérea no sólo intensificaría la confrontación, sino que podría conducir a una guerra abierta con la OTAN. Además, Rusia reacciona con firmeza ante la idea de usar activos congelados de Moscú para subvencionar a Ucrania: promete perseguir a los países europeos implicados “hasta el fin de los tiempos”.

El escenario que alerta a Moscú

La tensión crece en Europa oriental. Medvédev ha señalado que las propuestas para proteger el cielo ucraniano han ganado fuerza, especialmente después de que drones rusos supuestamente cruzaran regiones del espacio aéreo polaco y rumano. Para Rusia, estas iniciativas no son meras medidas defensivas, sino pasos que podrían llevar a un enfrentamiento directo con la OTAN.

Desde la perspectiva rusa, crear una zona de exclusión aérea implicaría que fuerzas extranjeras participen activamente en la defensa del espacio aéreo ucraniano, lo que, en su interpretación, invadiría una “línea roja”. Medvédev advierte que si eso ocurriera, estarán en juego no sólo sanciones o diplomacia, sino una guerra con todo lo que ello supone.

Activos congelados, diplomacia agresiva y amenazas legales

Otro de los puntos de fricción señalados por Medvédev se refiere al uso de activos rusos congelados. Varias propuestas en la UE contemplan emplear esos fondos para ayudar financieramente a Ucrania. Para Rusia, se trata de una agresión económica grave, y Medvédev ha prometido que Moscú perseguirá legal y extrajudicialmente a los estados europeos que lo lleven a cabo.

Aunque no ha detallado la forma concreta de esas acciones —ni qué tribunales entrarán en juego ni de qué manera se podrían emprender medidas extrajudiciales—, la advertencia es clara: Rusia no quedará de brazos cruzados si considera que sus bienes o intereses patrimoniales son usados para dañar sus posiciones internacionales.

Implicaciones para Europa y la diplomacia global

Esta escalada verbal arroja varias preguntas con implicaciones muy concretas:

Riesgo militar directo: una zona de exclusión aérea implicaría el despliegue de aeronaves de la OTAN con autoridad para derribar aviones rusos que violen la zona. Es una decisión cargada de riesgo porque esos incidentes podrían escalar rápidamente.


Dilema legal y diplomático: el uso de activos congelados ha sido una herramienta clave en las sanciones internacionales. Pero usar esos fondos para ayuda militar directa abre frentes legales complejos, además de resentimientos diplomáticos en cadena.


Presión mediática y de opinión pública: tanto en Europa como en Rusia, las decisiones que se vienen adoptando o se proponen tienen un fuerte componente propagandístico. Cada lado querrá presentar su narrativa: defensa frente a agresión, legítima defensa frente a intervención ilegítima.


El papel de los tribunales y jurisdicciones internacionales: si bien Medvédev menciona la posibilidad de acudir a instancias nacionales e internacionales, no especifica cuáles. Las sanciones o reclamaciones podrían llevarse a corte europea, tribunales internacionales o incluso a disputas multilaterales donde el cumplimiento sea difícil de garantizar.