El contraste entre máximos históricos en la renta variable y récords en metales preciosos enciende las alarmas

ORO y PLATA marcan máximos mientras los futuros de Wall Street titubean

En una jornada sin apertura en Wall Street, los futuros del S&P 500, Nasdaq y Dow Jones registran ligeras caídas. Sin embargo, la atención de los inversores se dirige al oro y la plata, ambos en máximos históricos, reflejando un mercado dividido entre la euforia bursátil y la búsqueda de refugio.
NOTICIAS DEL MERCADO: Algo no cuadra con oro y renta variable, nos están tomando el pelo y la plata El mercado en máximos históricos: si nos vamos al oro, vemos un nuevo movimiento al alza que refleja el movimiento clave de un mercado que anticipa que algo no termina de cuadrar en la fotografía: ¿cómo puede ser que el oro juegue a máximos históricos en paralelo a la renta variable en un entorno donde la inflación no termina de marcharse?

El inicio de la semana ha dejado una fotografía peculiar en los mercados internacionales. Aunque Wall Street permanece cerrado, los futuros ofrecen un anticipo: el S&P 500 retrocede un 0,15 %, el Nasdaq cae un 0,25 % y el Dow Jones se deja un 0,10 %. Movimientos muy ligeros, pero suficientes para marcar un tono de cautela en un entorno en el que la renta variable se encuentra en máximos históricos.

La verdadera señal llega desde los metales preciosos. El oro volvió a tocar los 3.548 dólares en futuros, con una subida cercana al 1 % tras haber alcanzado los 3.500 dólares el viernes. Paralelamente, la plata superó los 40,5 dólares, con un alza del 2,2 %. Ambos niveles son considerados referencias históricas y reavivan la percepción de que algo no encaja en el relato oficial de mercados en expansión y consumidores felices.

El repunte de los metales recuerda momentos de tensión pasados: la crisis del petróleo en 1979 y la crisis financiera de 2008. Hoy, su ascenso parece vinculado a las incertidumbres inflacionarias (como el repunte en Alemania del 2 % al 2,2 %), las tensiones comerciales y un escenario geopolítico fragmentado. “Si todo es tan positivo, ¿por qué el oro y la plata actúan como refugio?”, se preguntan los analistas.

El trasfondo va más allá de lo financiero. Mientras la renta variable se beneficia del auge de la inteligencia artificial y de gigantes como Nvidia, el encarecimiento del día a día obliga a muchos consumidores a renunciar a hábitos básicos. Una paradoja que algunos interpretan como un intento de disfrazar la pérdida de poder adquisitivo bajo etiquetas de moda como el “staycation”.

El mercado de deuda añade más señales mixtas. El Treasury a 10 años sube un 0,64 %, mientras el bono a 30 años roza el 5 % con una subida del 1 %. Todo ello a la espera de la próxima reunión de la Reserva Federal, prevista para dentro de dos semanas, que podría ofrecer claridad sobre el rumbo de los tipos de interés.

Con el oro, la plata y la renta variable simultáneamente en máximos, la pregunta de fondo es clara: ¿estamos ante una economía sólida o ante un espejismo sostenido por la liquidez y el optimismo? Para algunos inversores, el caramelo de la renta variable podría estar envenenado.
 

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