Moscú se suma a la diplomacia en el Cáucaso

Putin ofrece la mediación rusa para reforzar el acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán

Tras el pacto alcanzado la semana pasada en Estados Unidos, Rusia se muestra dispuesta a facilitar la normalización de las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán. El presidente Vladímir Putin ha conversado con el primer ministro armenio y ha puesto sobre la mesa el desbloqueo de las comunicaciones y nuevas vías de cooperación.
ÚLTIMA HORA | Putin se ofrece como mediador en las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán tras la paz

La diplomacia en el Cáucaso vive días intensos. Después de que Armenia y Azerbaiyán alcanzaran la semana pasada un acuerdo de paz con la mediación de Estados Unidos, Rusia ha dado un paso al frente para participar en el proceso. El presidente Vladímir Putin ha mantenido este lunes una conversación telefónica con el primer ministro armenio en la que ha expresado la disposición de Moscú a contribuir a una paz estable y duradera entre ambos países.

Putin ha subrayado que Rusia está preparada para facilitar una “normalización integral” de las relaciones bilaterales, lo que incluye el desbloqueo de las comunicaciones de transporte en la región, un punto clave para el desarrollo económico y la estabilidad política del Cáucaso. Según el Kremlin, el líder ruso fue informado por su homólogo armenio sobre los avances de las negociaciones con Azerbaiyán, organizadas por el presidente estadounidense Donald Trump, y sobre los compromisos alcanzados en Washington.

Durante la llamada, Putin también hizo referencia a la reciente visita a Moscú del enviado especial estadounidense, Steve Witoff, y a la reunión prevista con Trump este viernes en Alaska, que podría abordar no solo la guerra en Ucrania sino también otros focos de tensión internacionales.

Además de la cuestión armenio-azerbaiyana, los dos líderes dialogaron sobre la cooperación bilateral en comercio e inversión, un aspecto que Rusia busca potenciar en medio de un escenario global marcado por la reconfiguración de alianzas y el refuerzo de su influencia regional.

La entrada de Rusia en este proceso diplomático supone un movimiento estratégico que podría equilibrar o, por el contrario, tensar el frágil balance alcanzado bajo auspicio de Washington. Con Estados Unidos y Rusia implicados en el mismo frente diplomático, el futuro del acuerdo dependerá de la capacidad de ambas potencias para coordinarse y evitar que el Cáucaso vuelva a ser escenario de confrontaciones.
 

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