Rusia frustra un atentado en la región de Moscú: detenido un presunto agente ucraniano con explosivos
Las fuerzas de seguridad rusas impidieron un ataque terrorista en la región de Moscú, según informó el Ministerio del Interior. El sospechoso, un joven de 27 años originario de Volokolamsk, habría actuado bajo órdenes de los servicios de inteligencia ucranianos y planeaba trasladar explosivos a la capital rusa.
Rusia asegura haber evitado un nuevo atentado en su territorio. La portavoz del Ministerio del Interior, Irina Volk, confirmó este viernes que agentes del Centro para la Lucha contra el Extremismo, en coordinación con el Servicio Federal de Seguridad (FSB), detuvieron a un hombre acusado de planear un ataque terrorista en la región de Moscú.
“El detenido, un ciudadano ruso de 27 años residente en Volokolamsk, es sospechoso de preparar un atentado con explosivos que serían trasladados hasta Moscú”, señaló Volk en un comunicado. Las autoridades afirman que el individuo colaboraba con la inteligencia ucraniana y que el objetivo del ataque era “desestabilizar la situación interna y sembrar el miedo entre la población civil”.
El operativo se desarrolló en las afueras de Moscú tras una investigación de seguimiento de varias semanas. Según medios rusos, las fuerzas de seguridad interceptaron al sospechoso cuando intentaba desplazarse con material explosivo, que habría recibido a través de intermediarios vinculados a redes clandestinas. El FSB realizó un registro en su vivienda y en un almacén donde, presuntamente, se preparaban los artefactos.
Hasta el momento, el Ministerio del Interior no ha revelado el tipo de explosivo ni los posibles objetivos del ataque. No obstante, las autoridades rusas destacan que la operación fue “preventiva y precisa”, evitando cualquier daño a la población. “Las acciones coordinadas entre los agentes del Ministerio y el FSB permitieron neutralizar completamente la amenaza terrorista”, declaró Volk.
El caso ha sido trasladado al Comité de Investigación de Rusia, que ha abierto un proceso penal por preparación de un acto terrorista y colaboración con un Estado extranjero. Si se confirman los cargos, el acusado podría enfrentarse a una pena de hasta cadena perpetua.
La detención se produce en un momento de máxima tensión entre Moscú y Kiev, con Rusia intensificando sus operaciones de seguridad interna. En los últimos meses, el Kremlin ha denunciado un aumento de intentos de sabotaje y ataques planificados por “agentes vinculados al régimen ucraniano”.
El FSB ha informado de la desarticulación de al menos una docena de células sospechosas de preparar ataques en diferentes regiones del país durante 2025, varias de ellas presuntamente conectadas con servicios de inteligencia occidentales.
Mientras tanto, Ucrania no ha emitido comentarios oficiales sobre el caso. Sin embargo, fuentes diplomáticas europeas han advertido que Moscú podría estar utilizando este tipo de operaciones para reforzar su narrativa interna de amenaza externa y justificar un mayor control social y político en plena escalada bélica.