El cambio que estudia el Gobierno en la retribución a las nucleares y las hidráulicas desata caídas mayoritarias entre las eléctricas del Ibex

Gran parte de la producción eléctrica de las compañías del sector proviene de la energía nuclear e hidráulica. Ambas fuentes son de las más baratas que abastecen el sistema eléctrico. Sin embargo, al fijarse los precios con una subasta marginalista, la producción nuclear e hidráulica queda retribuida al mismo precio que las centrales térmicas si se necesita por demanda. A la diferencia entre el precio de producción y los ingresos extras se la conoce como ‘beneficios caídos del cielo’ o windfall profit.

Ahora el Gobierno quiere lanzar un mecanismo para atajar la sobrerretribución que perciben en el mercado mayorista la generación de las centrales eléctricas no emisoras de CO2 (hidráulicas y nucleares) anteriores a 2005. Endesa, como primer operador de energía nuclear de España, e Iberdrola con importantes activos en hidráulica y nuclear, son las principales damnificadas en el mercado. Entre las afectadas también hay que vigilar a Acciona o Naturgy.

En el caso de Endesa, el peso de ambas tecnologías supone en torno a un 15% del Ebitda de 2020, frente al 8% en Iberdrola, el 5% Acciona y el 4% Naturgy. Aun así, la minoración de la partida retributiva no debería ser muy significativa para las empresas, dado que estas tecnologías de respaldo son necesarias para cubrir el mix energético. El Banco Sabadell estima que la cifra de hasta 1000 millones de euros que tendría de impacto la medida representa casi el 5% del Ebitda conjunto de las compañías.

Todo apunta a que el Cmin tiene en el punto de mira este anteproyecto de ley, con el objetivo de reducir la factura de la luz de los consumidores hasta en un 4 o 5%, que ha subido notablemente con el repunte de los CO2, entre otras cosas. Con ello, se abrirá paso a la reforma del mercado eléctrico con la eliminación de los conocidos ‘beneficios caídos del cielo’ para estas tecnologías del ‘mix’ energético, que estaba incluido en el pacto de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.

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Las eléctricas tendrán que repercutir en su coste de producción los derechos de emisión del CO2 para estas dos modalidades de generación, por lo que se les descontará del precio del mercado mayorista. De esta forma, su situación será análoga a las condiciones que ya tienen las plantas gasísticas.

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