Asia-Pacífico acelera: mercados y China en eje de atención

«Impulso global: por qué los mercados asiáticos avanzan mientras la economía china frena al 4,8 %»

Los índices bursátiles asiáticos comenzaron la semana con firmeza tras la decisión del People’s Bank of China (PBoC) de mantener sin cambios sus principales tipos de interés y la publicación de datos económicos de China que sitúan su crecimiento en el tercer trimestre en un 4,8 % interanual. Pese al tono mixto —actividad industrial que supera expectativas y consumo interior que se mantiene débil— el ánimo inversor se refuerza en la región.
EPA-EFE/ALEX PLAVEVSKI
EPA-EFE/ALEX PLAVEVSKI

La apertura de la jornada en Asia-Pacífico mostró un claro predominio de saldo positivo en las bolsas, impulsado por un entorno de menor sorpresa en la política monetaria de China y una mejora relativa en algunos indicadores económicos. El índice Nikkei 225 de Japón subió cerca de un 2,8 % en las primeras horas de negociación. Asimismo, el Hang Seng Index de Hong Kong se incrementó aproximadamente un 2,3 % y el Kospi de Corea del Sur avanzó cerca del 1 %. En el continente, el Shanghai Composite Index subió alrededor del 0,6 % y el Shenzhen Composite Index repuntó un 1,4 %.

Los mercados reaccionaron positivamente a la decisión del banco central chino de mantener sin cambios su tasa de referencia a un año en el 3,0 % y la de cinco años en el 3,50 %. Esta continuidad refleja que China no apresura un ajuste al alza que pudiera tensar aún más los costes de financiación, lo que alivia cierto nerviosismo en la región. Además, los datos de septiembre apuntan a un repunte en la producción industrial del 6,5 % interanual y unos modestos avances en las ventas minoristas del 3 %. Esto sugiere que, aunque el consumo doméstico continúa débil, la fábrica china mantiene cierto dinamismo exportador y productivo.

La composición del empuje alcista en Asia no se limita a China. En Japón, una novedosa coalición de gobierno con la posibilidad de nombrar a Sanae Takaichi como primera ministra y un programa fiscal-estímulo previsible han reforzado la confianza inversora. La mejora del sentimiento global favorece los flujos hacia la renta variable asiática.

No obstante, las cifras para China presentan matices que podrían limitar el recorrido al alza. El crecimiento del PIB para el tercer trimestre se sitúa en un moderado 4,8 % interanual, frente al 5,2 % del trimestre anterior. Además, la inversión en activos fijos entre enero y septiembre muestra una caída del 0,5 % interanual, mientras que la inversión en el sector inmobiliario se desploma casi un 14 %. Estos datos apuntan a una economía que avanza, pero con el freno del consumo interno, el lastre de la vivienda y un entorno externo más desafiante.

Aunque China cumple con lo previsto, los analistas advierten que la ausencia de un estímulo masivo por ahora y la fragilidad del factor interno podrían pasar factura si persisten las tensiones respecto a Estados Unidos y el sector inmobiliario sigue debilitándose.

Para un inversor europeo o español que mira hacia Asia, este escenario plantea varias líneas de acción. En primer lugar, una exposición cautelosa, aprovechando el repunte actual como oportunidad de entrada, pero con atención a los riesgos de fondo, como el consumo débil o las tensiones geopolíticas. En segundo lugar, los sectores más favorecidos son los orientados a la exportación, tecnología, semiconductores, automoción eléctrica o manufactura avanzada, que pueden beneficiarse de la mejora industrial china y de la reconfiguración de las cadenas globales de valor. En tercer lugar, la cotización del dólar frente al yen y al yuan puede ganar importancia ante esta mejora del apetito por riesgo y la expectativa de una futura suavización monetaria en Estados Unidos. Por último, será clave seguir de cerca la reunión del plenario del Partido Comunista chino, donde se definirán los ejes del nuevo plan quinquenal y que podría marcar el tono económico de los próximos trimestres.

El arranque alcista de los mercados asiáticos esta semana encuentra su justificación en la combinación de prudencia monetaria en China, datos que muestran cierta firmeza productiva y factores positivos en otros países de la región como Japón. Sin embargo, la firmeza no es sinónimo de expansión libre de obstáculos: el crecimiento chino se modera, el consumo sigue flaqueando y las tensiones comerciales no han desaparecido. En este contexto, el inversor que se adentre en Asia debe hacerlo con visión internacional, gestionando riesgos pero aprovechando una fase de oportunidad que, aunque limitada en horizonte, puede rentabilizarse bajo un enfoque activo y diversificado.

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