iPhone 17

Hay un iPhone 17 sin cámara, pero solo te lo darán si trabajas en estas centrales o instalaciones

¿Quieres un iPhone 17 sin cámara? Solo podrás conseguirlo si trabajas en ciertas centrales o instalaciones muy específicas descubre dónde y qué necesitas para lograrlo

iPhone sin cámara
iPhone sin cámara @jeazous

Si hay un componente que define hoy a los smartphones modernos, ese es la cámara. Para muchos usuarios, la calidad fotográfica es el principal argumento de compra; para otros, una cámara siempre presente es un riesgo. Y ahí es donde aparece un mercado inesperado: el del iPhone sin cámara.

 

No se trata de prototipos de laboratorio ni de versiones oficiales de Apple. Existen empresas —NonCam es la más citada— que venden iPhone modificados o kits de conversión para retirar por completo las lentes frontales y traseras y cerrar la carcasa con una tapa lisa. El resultado es un terminal que, a simple vista, es un iPhone, pero incapaz de tomar fotos.

¿Por qué alguien querría esto?

Los motivos son claros cuando pensamos en seguridad y control de la información. Clientes habituales de estos iPhone especiales son:

  • Empresas que gestionan secretos industriales o instalaciones críticas.

  • Organismos gubernamentales y cuerpos militares que requieren impedir grabaciones en zonas controladas.

  • Centros de investigación y laboratorios donde la confidencialidad es prioritaria.

Proveedores y anuncios comerciales señalan incluso usos en instalaciones sensibles, y algunas fuentes del sector mencionan que estos terminales circulan en complejos gubernamentales y, en ocasiones según esos mismos proveedores, en entornos tan críticos como plantas o instalaciones con acceso restringido. Es importante subrayar que esa última afirmación proviene de clientes y fabricantes del mercado de modificación, no de comunicados oficiales de las administraciones.

¿Cómo se hacen estos iPhone sin cámara?

Hay dos vías principales:

  1. Venta del dispositivo ya modificado: empresas compran iPhone por canales normales y los transforman; luego los venden con garantía propia.

  2. Kits de conversión: incluyen una tapa trasera específica y herramientas para retirar las cámaras; el usuario (o un técnico) sustituye la carcasa y pierde la garantía oficial de Apple.

Los kits son baratos (desde unos 250 dólares), mientras que los iPhone ya convertidos pueden alcanzar precios elevados —hay anuncios por más de 1.700 dólares para modelos SE “preparados”—. En todos los casos, la garantía oficial de Apple queda anulada y la responsabilidad de soporte recae en el vendedor de la modificación.

Qué implicaciones tiene quitar la cámara

Eliminar un módulo tan central no es solo cuestión estética:

  • Pérdida de funcionalidades: fotografías, vídeo, escaneo de documentos, autenticación por cámara u otras utilidades dejan de estar operativas.

  • Seguridad y control: permite el acceso a áreas donde portar un móvil con cámara estaría prohibido.

  • Limitaciones legales y prácticas: portar un terminal así puede estar justificado en entornos controlados, pero para uso cotidiano limita funciones críticas y, en algunos casos, puede despertar cuestiones legales si se usa para eludir normativas de control.

¿Es algo habitual? ¿Lo veremos en la calle?

No es un producto para el gran público. Los iPhone sin cámara no llenarán escaparates: su cliente tipo es institucional o corporativo, y su uso se circunscribe a entornos cerrados y controlados. En la vía pública es raro verlos, y en la mayoría de los casos estos terminales están pensados para no entrar en manos de usuarios finales fuera del recinto protegido.

Riesgos y precauciones

Si te ofrecen un kit o un iPhone sin cámara, considera:

  • La pérdida de garantía oficial y las consecuencias para futuras reparaciones.

  • El riesgo de seguridad: al modificar hardware se abren vías de fallo o incompatibilidades.

  • La procedencia del vendedor: la reputación y las condiciones de garantía propias del proveedor son clave.


La existencia de este mercado revela un hecho simple: la tecnología que usamos a diario plantea también problemas de seguridad que algunas organizaciones prefieren resolver con soluciones extremas. Los iPhone sin cámara son la respuesta práctica —y polémica— a una necesidad real en entornos donde una foto puede suponer una brecha grave de confidencialidad. ¿Los veremos más a menudo? Probablemente solo dentro de recintos cerrados donde la seguridad prima sobre la funcionalidad.

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