3I/ATLAS

El SETI se "asusta" con el cometa 3I/ATLAS y cambia el protocolo a seguir con posibles inteligencias extraterrestres

El SETI cambia su protocolo tras el paso del cometa 3I/ATLAS que ha despertado nuevas dudas sobre la búsqueda de inteligencias extraterrestres y abre un debate sorprendente para la ciencia

cometa 3I/ATLAS
cometa 3I/ATLAS

El Comité SETI de la Academia Internacional de Astronáutica (IAA/SETI) ha dado un paso histórico con la publicación de una nueva versión de los Protocolos posteriores a la detección, el documento que define cómo debería actuar la humanidad en caso de hallar indicios de vida inteligente fuera de la Tierra. La actualización, titulada “SETI Post-Detection Protocols: Progress Toward a New Version”, reemplaza el marco que se mantenía prácticamente intacto desde 1989 y llega en un momento de renovado interés público por los visitantes interestelares, las señales artificiales y los objetos misteriosos como el cometa 3I/ATLAS.

Un documento “vivo” para un futuro incierto

El comité define los nuevos protocolos como un documento “vivo”, en constante evolución, adaptado a los avances científicos, tecnológicos y sociales. La revisión se apoya en tres pilares fundamentales: la mejora de las metodologías de búsqueda, la creciente cooperación internacional en el ámbito SETI y el complejo entorno informativo global, donde las noticias y las teorías se difunden a gran velocidad.

Los expertos, entre ellos la antropóloga Kathryn Denning y la abogada espacial Leslie Tennen, subrayan que estos protocolos no solo establecen un marco científico, sino también ético y social. “No se trata solo de cómo gestionar los datos, sino de cómo comportarse como especie ante un evento que podría redefinir nuestra visión del universo”, afirman los autores.

¿Qué ocurriría si se detecta una señal extraterrestre?

El documento detalla cinco fases clave que se activarían ante la posible detección de una inteligencia no humana:

  1. Autenticación y verificación: el investigador o equipo que detecte una señal deberá confirmar su autenticidad mediante protocolos rigurosos y revisión por pares. Los hallazgos iniciales suelen ser ambiguos y deben tratarse con extrema cautela.

  2. Comunicación científica: una vez verificada, la información se notificará a las redes oficiales de la Unión Astronómica Internacional (IAU) y la IAA/SETI, aunque el investigador tiene derecho a mantener confidencial el proceso de verificación hasta confirmar el hallazgo.

  3. Anuncio público oficial: si se confirma el descubrimiento, deberá comunicarse de forma completa y transparente al público, a la comunidad científica y al Secretario General de Naciones Unidas. Los datos y métodos se publicarán en acceso abierto para garantizar la transparencia global.

  4. Gestión y protección de datos: las pruebas deberán almacenarse en repositorios internacionales seguros, en ubicaciones distintas, para evitar manipulaciones o pérdidas. En el caso de señales electromagnéticas, se establecerán acuerdos internacionales para proteger las frecuencias detectadas.

  5. Protocolo de respuesta: ningún individuo ni organización podrá responder al emisor sin el consenso de las Naciones Unidas y organismos internacionales. Además, un comité interdisciplinario —con lingüistas, matemáticos y expertos en ética— participará en la interpretación de los datos.

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El gran reto del siglo XXI: evitar los falsos positivos

Uno de los aspectos más destacados del nuevo protocolo es su reconocimiento de que el primer hallazgo podría no venir de una agencia espacial, sino de fuentes privadas o incluso de inteligencia artificial. En la era digital, un laboratorio universitario, una red de telescopios amateurs o una IA que analice datos astronómicos podrían ser los primeros en detectar una señal.

Sin embargo, esta apertura también conlleva riesgos. Los autores advierten de que, en un mundo hiperconectado, los falsos positivos pueden viralizarse más rápido de lo que la ciencia puede refutarlos. En los últimos años, los rumores sobre supuestas “señales extraterrestres” se han propagado por redes sociales antes de ser desmentidos por los científicos, un escenario que los nuevos protocolos pretenden controlar.

Un cambio histórico en la preparación planetaria

Esta actualización del IAA/SETI marca un antes y un después en la historia de la exploración espacial. Por primera vez, la humanidad cuenta con un marco coordinado, internacional y ético para responder a la pregunta que nos ha acompañado durante siglos: ¿estamos solos en el universo?

El nuevo protocolo recuerda que, si algún día la respuesta llega desde las estrellas, la reacción deberá ser global, responsable y unificada. Porque, como señala el documento, “el primer contacto no solo sería un descubrimiento científico, sino el acontecimiento más trascendental de la historia humana”.

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