Ucrania firma un «mega-pedido» de hasta 150 cazas Gripen para blindar su airefuerza y preparar un futuro de guerra prolongada
El canal de información económica en español Negocios TV aborda esta semana una de las operaciones estratégicas más ambiciosas de la actual coyuntura bélica: la transformación aérea de Ucrania. Las declaraciones del presidente Zelensky han sacudido el tablero militar y diplomático europeo y transatlántico.
Zelensky confirmó ante la prensa que Ucrania “necesita 250 nuevos cazas para modernizar su flota aérea” y, en esa línea, anunció las negociaciones avanzadas con Francia, Suecia y Estados Unidos que podrían culminar en la entrega de hasta 150 cazas Gripen suecos. Suecia, concretamente, firmó recientemente una carta de intenciones con Kiev que formaliza esa cifra como objetivo de futuro.
Este tipo de avión es un multirrol de generación 4.5, diseñado para combates aire-aire, bombardeo y reconocimiento, y supone una alternativa más asequible frente a los cazas de quinta generación como el F-35. Además, se ha anunciado que la firma sueca Saab estudia abrir una planta de montaje final en Ucrania, lo que implicaría no solo suministro de hardware sino transferencia de producción y empleo para Kiev.
¿Por qué ahora?
La ofensiva rusa continúa ejerciendo presión sobre el cielo ucraniano, combinando misiles, drones de largo alcance y ataques a la infraestructura crítica. Ante ello, Kiev está acelerando su ambición de ser independiente también en defensa aérea. La compra de esos cazas no solo refuerza su escalón defensivo sino que lanza una señal política a Moscú y a los países de la OTAN: Ucrania se prepara para un conflicto extendido. En ese sentido, el propio Zelensky ha dicho que “no sabemos todavía si Vladímir Putin volverá a atacar después de finalizada esta guerra, por lo que Europa debe garantizar su apoyo financiero durante los próximos dos o tres años”.
Implicaciones para Europa y el sector defensa
Para Suecia, el acuerdo refuerza su perfil como exportador de defensa, después de haber integrado rápidamente sus Gripen en operaciones de la OTAN en Polonia en 2025. Para Ucrania, la apuesta es mayúscula: modernizar una flota heredada en gran parte de la URSS y entrar de lleno en la órbita de aviación occidental. A su vez, el anuncio relanza el mercado europeo de defensa, impulsa inversiones estratégicas y refuerza la colaboración tecnológica entre países.
Sin embargo, el contrato no está exento de retos: los plazos, la formación de pilotos, la logística de mantenimiento, la financiación y la integración en la cadena de suministro occidental son cuestiones clave. Algunos analistas recuerdan que la entrega de los primeros cazas podría esperar hasta 2026 o incluso más tarde, dependiendo de los componentes y las sanciones a Rusia.
Producción nacional de defensa: la otra cara de la estrategia
Además de la compra de cazas, Zelensky adelantó que Ucrania planea producir entre 500 y 800 interceptores de drones por día a partir de noviembre. Esta iniciativa respondería a la proliferación de ataques con drones rusos y pretende crear una industria nacional de defensa aérea. De lograrse, supondría un antes y un después en la capacidad de autosuficiencia militar ucraniana.
¿Qué deben tener en cuenta los mercados?
Desde una perspectiva económica y de inversión, este tipo de operaciones puede generar impactos relevantes:
-
Sector aeroespacial / defensa: contratos gubernamentales, exportaciones, creación de empleo.
-
Sanciones y recuperación económica: mayor integración con Occidente.
-
Inversión a largo plazo: Ucrania está enviando una señal de que la reconstrucción será amplia y duradera.
En definitiva, el pacto entre Kiev y Estocolmo —junto al soporte de Francia y Estados Unidos— marca un punto de inflexión en la guerra ucraniana, presenta un desafío militar para Rusia y reconfigura el panorama geoestratégico europeo-atlántico. Para los mercados, es un recordatorio de que la defensa, la industria aeroespacial y la geopolítica siguen siendo motores claves de inversión en esta nueva era de tensión permanente.