Claves del día: Wall Street ya teme a la burbuja, China pincha y el terror en Hollywood
La sesión deja tres señales inquietantes para los inversores y la opinión pública. En Wall Street crecen las comparaciones con la burbuja puntocom ante el exceso de optimismo en torno a la inteligencia artificial, China vuelve a decepcionar con datos económicos muy débiles y Hollywood amanece conmocionado por un violento suceso que reabre el debate sobre seguridad incluso en los barrios más exclusivos de Los Ángeles.
Wall Street y el fantasma de la burbuja: la comparación con Cisco
La referencia que empieza a dominar las conversaciones en Wall Street es tan conocida como incómoda: Cisco en el año 2000. Entonces, la compañía llegó a ser la más valiosa del mundo impulsada por la promesa de la fibra óptica y de internet. No fue un fracaso empresarial, sino un exceso de expectativas: el mercado descontó por adelantado un crecimiento que tardó décadas en materializarse. Cisco necesitó cerca de 25 años para recuperar aquellos niveles bursátiles.
Hoy, el paralelismo se traslada a la inteligencia artificial. La narrativa es similar: centros de datos, capacidad de cómputo y una nueva revolución tecnológica que supuestamente disparará los beneficios futuros. Las valoraciones actuales del mercado estadounidense son exigentes, en algunos casos cercanas a las vistas durante la burbuja puntocom. La lógica es sencilla y peligrosa a la vez: si el crecimiento llega rápido, los precios estarán justificados; si no, el ajuste será inevitable.
La diferencia con los años noventa es relevante, pero no tranquilizadora. La IA ya genera ingresos reales, aunque muchas compañías todavía no producen beneficios sólidos. El desfase entre inversión, expectativas y rentabilidad sigue siendo el principal foco de riesgo.
Deuda, CDS y señales de alerta tempranas
Otro elemento que empieza a inquietar a los mercados es la financiación del boom de la IA. La inversión es masiva y, en parte, sostenida por deuda. En este contexto, los acreedores miran con más cautela que los accionistas. El caso de Oracle se ha convertido en una señal de advertencia: los CDS (seguros contra impago) de la compañía comienzan a repuntar, un movimiento que históricamente ha precedido a episodios de tensión financiera.
El accionista puede permitirse esperar a que los beneficios lleguen dentro de cinco o diez años. El prestamista no. Este desajuste entre tiempos y expectativas explica por qué el nerviosismo se concentra primero en el mercado de crédito. Como en toda revolución tecnológica, los primeros ganadores claros no son siempre las empresas finales, sino los proveedores de infraestructura: ayer fue Cisco, hoy lo son Nvidia y los grandes fabricantes de chips.
El resultado es un mercado cada vez más estrecho, donde un pequeño grupo de valores concentra las subidas, mientras el resto queda rezagado. A esto se suma el regreso del inversor minorista y un repunte de la especulación, ingredientes clásicos de los ciclos de exceso.
China pincha y enfría a los mercados globales
La tensión no se limita a Estados Unidos. Los mercados globales reaccionan con inquietud a los datos económicos muy débiles procedentes de China. La inversión en activos fijos se desacelera, el sector inmobiliario vuelve a mostrar signos de desplome y el consumo interno pierde tracción. El mensaje es claro: la segunda economía del mundo sigue sin encontrar un suelo sólido para su crecimiento.
Las bolsas asiáticas han retrocedido con fuerza, reflejando este deterioro, y el índice HSCI llegó a caer un 1,7%. Para los inversores internacionales, China deja de ser un motor de estabilidad y se consolida como una fuente adicional de incertidumbre, justo cuando el comercio global y la demanda externa muestran signos de fatiga.
El terror sacude Hollywood: un crimen que conmociona a EE. UU.
Fuera del ámbito estrictamente financiero, la jornada ha quedado marcada por un suceso que ha impactado de lleno en la opinión pública estadounidense. El director y actor Rob Reiner y su esposa, Michelle, fueron hallados muertos con heridas de arma blanca en su mansión del exclusivo barrio de Brentwood, en Los Ángeles.
La policía investiga el caso como un presunto homicidio y ha iniciado interrogatorios a familiares y personas del entorno cercano. Las autoridades confirmaron la identidad de las víctimas mientras continúan las pesquisas para esclarecer lo ocurrido en la residencia del cineasta, autor de películas emblemáticas como La princesa prometida, Cuando Harry encontró a Sally y Misery.
El suceso reabre el debate sobre la seguridad incluso en las zonas más acomodadas y añade una nota de conmoción a una jornada ya cargada de tensión económica y financiera.

