EE.UU. abre la puerta a incrementar su presencia accionarial en empresas clave
Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional, ha confirmado que el Gobierno estadounidense estudia ampliar su participación en compañías estratégicas, en línea con la reciente adquisición del 10% de Intel. La medida busca reforzar la industria nacional y marcar un giro en el papel del Estado dentro del capital empresarial.
El Gobierno de Estados Unidos vuelve a situar la política industrial en el centro de su estrategia económica. Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional, ha asegurado que la administración está dispuesta a incrementar su participación accionarial en compañías consideradas estratégicas para el futuro del país.
Las declaraciones se producen en un momento clave: la semana pasada se confirmó la adquisición del 10% de Intel por parte del Ejecutivo, una operación que Donald Trump ya había adelantado como posibilidad y que finalmente se ha materializado. Esta decisión refleja un cambio de enfoque en la política económica estadounidense, cada vez más activa en la protección e impulso de sectores estratégicos.
La apuesta por la tecnológica llega además en un contexto de volatilidad bursátil. Pese a que las acciones de las grandes compañías del sector han registrado descensos en Wall Street durante los últimos días, la administración mantiene su hoja de ruta clara: reforzar la capacidad industrial y tecnológica del país frente a un escenario global cada vez más competitivo.
Con este movimiento, Washington no solo busca blindar el desarrollo de la industria local, sino también enviar una señal a los mercados y a sus socios internacionales. El Estado se posiciona como un actor con capacidad real de influencia en la evolución del capital privado, abriendo la puerta a un modelo más intervencionista que podría redefinir el equilibrio entre iniciativa pública y privada en la economía estadounidense.
Las próximas semanas serán clave para conocer si esta estrategia se amplía a otros sectores sensibles, como la energía, la defensa o la biotecnología. De confirmarse, estaríamos ante un giro profundo en la concepción del papel del Estado en la economía de Estados Unidos, que pasaría a involucrarse de forma más directa en la propiedad de compañías consideradas esenciales para su seguridad y competitividad.