Negocios internacionales / Tecnología

EEUU y China avanzan hacia un acuerdo para asegurar el futuro de TikTok en territorio estadounidense

Donald Trump insinuó que Washington y Pekín han alcanzado un marco de entendimiento sobre el destino de TikTok, en una negociación marcada por la seguridad nacional, las tensiones comerciales y la presión de millones de usuarios que temían perder la aplicación.

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EEUU y China avanzan hacia un acuerdo para asegurar el futuro de TikTok en territorio estadounidense

La relación entre Estados Unidos y China vuelve a situarse en el centro del tablero internacional, esta vez con TikTok como protagonista. El presidente Donald Trump aseguró en Truth Social que las conversaciones entre ambas potencias en Europa “han ido muy bien” y que en breve hablará directamente con su homólogo Xi Jinping para cerrar los detalles. Detrás de sus palabras se esconde el posible desenlace de una disputa que ha mantenido en vilo tanto a los mercados como a los jóvenes estadounidenses que han hecho de la aplicación uno de sus espacios digitales favoritos.

Según fuentes cercanas a la negociación, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, confirmó que se ha alcanzado un marco de acuerdo para que TikTok pase a estar bajo control estadounidense. Sin embargo, aún no están definidos los términos económicos ni las concesiones que China exige en materia arancelaria y tecnológica. El reloj avanza: la fecha límite fijada por la ley estadounidense para que ByteDance, la matriz china de la app, ceda el control o abandone el mercado estadounidense expira el 17 de septiembre.

El trasfondo legal se remonta a la Protecting Americans from Foreign Adversary Controlled Applications Act (PAFACA), aprobada en 2024 y ratificada por la Corte Suprema a comienzos de este año. Esta norma obliga a ByteDance a vender TikTok o a someterla a control local, en caso contrario se ordenaría su prohibición total. Desde entonces, la administración Trump ha extendido en varias ocasiones los plazos, consciente de que un cierre inmediato supondría un terremoto tecnológico, social y económico.

El acuerdo preliminar, aunque no definitivo, llega en un contexto de tirantez comercial. China busca obtener contrapartidas en aranceles y acceso tecnológico, mientras que Washington quiere garantías sobre el almacenamiento de datos, la transparencia de los algoritmos y la exclusión de cualquier influencia política en el manejo de la plataforma. Trump, por su parte, aprovecha el escenario para enviar un mensaje de firmeza a su electorado, presentando la defensa de TikTok como una victoria frente a Pekín, al tiempo que intenta no dinamitar por completo la relación bilateral.

Las implicaciones son evidentes. Para las empresas que han convertido TikTok en un canal clave de marketing digital, un acuerdo garantizaría continuidad y estabilidad. Para los usuarios, la cuestión de fondo sigue siendo la misma: quién controla sus datos y con qué fines. Y para la política estadounidense, el caso TikTok se ha transformado en un símbolo de cómo se cruzan seguridad nacional, comercio internacional y cultura digital.

La llamada prevista para este viernes entre Trump y Xi Jinping podría ser decisiva. Hasta entonces, el futuro de TikTok se mantiene en un delicado equilibrio, con un acuerdo sobre la mesa que promete dar certezas, pero también con muchas incógnitas que aún deberán resolverse para que la aplicación pueda seguir funcionando en el mayor mercado publicitario del mundo.

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