Descubren un 'jet periódico' en el objeto interestelar 3I/ATLAS: un hallazgo que desafía la física tradicional

El descubrimiento de un jet periódico en el objeto interestelar 3I/ATLAS ha puesto en vilo a la comunidad científica. Astrónomos españoles comprueban actividad localizada que abre el debate sobre su origen natural o tecnológico, mientras Avi Loeb advierte coincidencias adoptadas como 'anomalías'.

Imagen del objeto interestelar 3I/ATLAS captada en alta definición, mostrando su inusual estructura y entorno cercano.<br>                        <br>                        <br>                        <br>
Descubren un 'jet periódico' en el objeto interestelar 3I/ATLAS: un hallazgo que desafía la física tradicional

El rincón oscuro del cosmos vuelve a sorprendernos con un enigma que podría cambiar el rumbo de la astrofísica moderna. El objeto 3I/ATLAS, un mensajero interestelar que atraviesa nuestro vecindario espacial, acaba de revelar una peculiar emisión que no encaja del todo con lo conocido: un jet periódico que pulsa con una regularidad casi matemática. Pero, ¿qué implica realmente este descubrimiento? ¿Estamos ante un fenómeno natural o, quizá, una señal de algo mucho más intrigante?

El hallazgo: un chorro oscilante con ritmo propio

El equipo de astrónomos españoles que utiliza el telescopio TTT del Observatorio del Teide ha sido el primero en detectar este jet periódico, un chorro de gas y polvo que oscila sincronizándose con la rotación del objeto, definida en unas 17 horas. Se trata de la primera evidencia directa que demuestra actividad localizada en el núcleo de un cuerpo procedente de fuera de nuestro sistema solar.

Este tipo de emisión no es común en cometas o asteroides convencionales, y menos en uno con el origen tan remoto como 3I/ATLAS. La precisión con la que este chorro se comporta sugiere un mecanismo interno que desafía el comportamiento esperado por simples fuerzas naturales.

Las implicaciones y el debate: ¿natural o tecnológico?

Resulta cuando menos curioso que Avi Loeb, astrofísico de Harvard conocido por sus posiciones poco ortodoxas, haya catalogado esta anomalía como la número 14 en una lista que, casi a propósito, pone en tela de juicio la naturaleza convencional del objeto. Loeb destaca una alineación casi perfecta, inferior a 8 grados, entre el eje de rotación y la dirección del chorro hacia el Sol, algo estadísticamente improbable si hablamos de un cuerpo completamente natural.

Pero no es solo eso. La aceleración no gravitacional del 3I/ATLAS desvía su trayectoria más allá de lo esperado según las leyes de Newton, lo que abre la puerta a la especulación sobre la existencia de un propulsor tecnológico o una sonda espacial con maniobras controladas. ¿Una sonda extraterrestre camuflada de cometa? La posibilidad suena a ciencia ficción, sin embargo, no puede descartarse a la ligera dada la evidencia.

Características únicas: velocidad récord y una antitierra que desconcierta

El objeto se desplaza a una velocidad récord de 246.000 km/h —superando al famoso 'Oumuamua— y cuenta con una anticola gigantesca de medio millón de kilómetros apuntando hacia el Sol, un fenómeno que contradice el comportamiento típico que los cometas muestran por la interacción solar. Esta peculiaridad pone en jaque modelos tradicionales, cuyo enfoque queda corto para explicar por completo este baile cósmico.

La NASA se mantiene cauta y califica al objeto como un “cometa interestelar extraordinariamente denso”, pero eso no apaga el fuego del debate. La reciente aproximación o perigeo del 19 de diciembre ha dado pie a que la comunidad científica, y el público, estén más atentos que nunca. ¿Un simple visitante cósmico? ¿O un artefacto con intenciones aún desconocidas? Las teorías y preguntas no dejan de fluir.

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