Un canje inédito en el tablero militar global

EE. UU. y Ucrania negocian pacto explosivo: intercambio de drones por armas

Estados Unidos y Ucrania estarían ultimando un acuerdo sorprendente: Kiev cedería su tecnología más avanzada de drones a Washington a cambio de envíos de armas estadounidenses. La idea, si prospera, marcaría un vuelco en la relación militar entre ambos países y redefiniría cómo se produce y utiliza la guerra embarcada en inteligencia y hardware no tripulado.

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EE. UU. y Ucrania negocian pacto explosivo: intercambio de drones por armas - EPA/RONALD WITTEK

La guerra tecnológica entre Moscú y Kiev tiene ahora un nuevo capítulo con impacto directo sobre Washington. Fuentes como Semafor revelaron que funcionarios ucranianos se encuentran en Estados Unidos negociando un pacto de intercambio: Ucrania aportaría su know-how en drones —especialmente pequeños sistemas con aplicación táctica— y, en retorno, Estados Unidos proporcionaría armas y equipamiento convencional que Ucrania necesita urgentemente.

Este giro rompe el esquema clásico de asistencia unilateral. En lugar de recibir materiales, Ucrania propone compartir tecnología probada en combate. Viceversa, explica el Ministerio de Defensa ucraniano, un acuerdo técnico ya ha sido debatido entre delegaciones de ambos lados, con miras a un contrato de cinco años que combine adquisición de drones ucranianos y producción conjunta de ciertos modelos.

Según Zelensky, el nuevo sector de defensa ucraniano es, hoy por hoy, “el más innovador del mundo”: desde 2022, ha registrado un crecimiento del 350 % y se considera una capital global de los drones. En paralelo, se negocia también un gran contrato de compra de armas estadounidenses para Kiev, bautizado informalmente como el “Mega Deal”.

El contexto es crucial. La invasión rusa empujó a Ucrania a desarrollar cientos de fábricas y decenas de empresas especializadas en vehículos aéreos no tripulados (UAVs). Por ejemplo, Fire Point, firma ucraniana fundada en 2022, ha creado los drones de ataque profundos “FP-1”, capaces de cubrir hasta 1.600 km, y otros sistemas móviles de combate. En el frente táctico, grupos más pequeños como Escadrone producen versiones económicas de drones kamikaze a bajo costo, presionando la supremacía rusa con saturación de drones ligeros.

En las negociaciones técnicas, Ucrania ha presentado propuestas detalladas de modelos, métricas de efectividad y condiciones de operación. Las delegaciones militares estadounidenses han cuestionado cuál es su demanda concreta, hasta qué volumen y bajo qué garantías se compartiría la propiedad intelectual.

El intercambio implicaría riesgos estratégicos: compartir tecnología militar sensible podría exponerla a espionaje o replicaciones no autorizadas. Al mismo tiempo, Washington ve en este pacto una forma de diversificar sus fuentes en tecnología no tripulada, reducir dependencia de proveedores externos y aprender tácticas de guerra no convencional desarrolladas en Ucrania bajo fuego real.

Si el acuerdo entra en vigor, abriría una era de cooperación militar más simétrica entre aliados, donde la innovación de guerra se intercambia como moneda, no solo como donativo. Esta “reconfiguración del apoyo” entre Estado receptor y Estado aliado puede cambiar la dinámica estratégica no solo en Europa, sino en las guerras tecnológicas del futuro.

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