Reparaciones y rendición de cuentas

Kallas lanza un aviso a Moscú: “Rusia no puede escapar de pagar la factura” mientras Europa activa el mecanismo de reclamaciones

La Unión Europea y Ucrania han dado este martes un paso clave para cuantificar daños y ordenar futuras compensaciones por la invasión rusa. En La Haya, la Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, aseguró que “Moscú no puede evitar pagar la factura” y defendió que el nuevo marco envía un mensaje disuasorio: quien inicia una guerra debe rendir cuentas.

EPA/OLIVIER MATTHYS
EPA/OLIVIER MATTHYS

La Haya, escenario de un nuevo paso hacia las reparaciones

Europa y Ucrania han formalizado este martes en La Haya el lanzamiento de la Comisión Internacional de Reclamaciones destinada a evaluar y tramitar indemnizaciones por los daños ocasionados por la guerra. La cita reunió a líderes y altos cargos europeos junto al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, con el objetivo de convertir en arquitectura legal lo que hasta ahora era, en gran medida, una aspiración política: que exista un canal estructurado para documentar pérdidas, validar reclamaciones y preparar el terreno para futuras compensaciones.

El mensaje de Kallas: “quien empieza una guerra, paga”

En el acto, la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas, fue directa: “Rusia no puede escapar de pagar la factura” del conflicto. Su argumento se apoyó en un principio que Bruselas quiere elevar a doctrina: la rendición de cuentas no debe quedar supeditada a la coyuntura diplomática. Kallas defendió que el mecanismo “envía un mensaje claro a futuros agresores”: si se inicia una guerra, habrá responsabilidad y habrá costes.

Qué es la Comisión y cómo encaja con el registro de daños

La Comisión Internacional de Reclamaciones nace para revisar, evaluar y decidir sobre reclamaciones vinculadas a “daño, pérdida o lesión” derivados de la invasión rusa. Su diseño no parte de cero: complementa el Register of Damage for Ukraine creado en 2023 bajo el paraguas del Consejo de Europa, que ya ha recibido más de 80.000 reclamaciones de particulares, entidades y organismos públicos ucranianos. La lógica del sistema es escalonada: el Registro recopila y ordena evidencia; la Comisión añade la capa de admisibilidad y valoración que permite convertir expedientes en decisiones.

Un marco del Consejo de Europa con ambición internacional

El nuevo cuerpo operará dentro del marco del Consejo de Europa y cuenta con un fuerte impulso político de Países Bajos como anfitrión. Reuters señala que su funcionamiento se apoyará en un tratado que requerirá ratificación por un número mínimo de Estados (al menos 25) y respaldo financiero suficiente para echar a andar de forma plena. Esta dimensión jurídica es clave: busca blindar el mecanismo frente a vaivenes políticos y dotarlo de continuidad administrativa, especialmente si el conflicto entra en una fase de negociación o alto el fuego.

La gran incógnita: quién paga y con qué dinero

Si la Comisión pretende ser útil, necesita resolver el punto más difícil: la financiación. Las vías que se discuten incluyen aportaciones estatales y, de forma especialmente sensible, el posible uso de activos rusos congelados en Europa. Por ahora, el mecanismo define el “cómo se reclama” y el “cómo se valora”, pero el “cómo se paga” sigue siendo el debate político y legal que más fricción genera. En paralelo, el coste de reconstrucción sitúa la discusión en una escala monumental: AP recuerda que las estimaciones internacionales han colocado las necesidades de reconstrucción de Ucrania en cientos de miles de millones de dólares.

Zelensky refuerza la narrativa de justicia

En las horas previas al encuentro, Zelensky insistió en que Rusia debe rendir cuentas por el “crimen de agresión”, enmarcando la Comisión como una pieza más de un enfoque más amplio: reparaciones, responsabilidades y, eventualmente, mecanismos judiciales. La idea de fondo es que un eventual proceso de paz no debería equivaler a una amnesia institucional sobre los daños causados, especialmente en lo relativo a infraestructuras, desplazamientos, pérdidas económicas y vulneraciones de derechos.

Por qué este paso cambia el tablero

Más allá del simbolismo, el lanzamiento de la Comisión introduce un elemento operativo: estandariza la recopilación de pruebas, acelera el tratamiento de expedientes y crea un cauce con vocación de permanencia. Para Bruselas, además, refuerza un mensaje estratégico: incluso si la geopolítica se mueve hacia conversaciones, Europa quiere que la responsabilidad económica de la guerra no se diluya. El subtexto de Kallas es inequívoco: el cierre del conflicto no debería cerrar la cuenta.

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