Diplomacia en tensión

Lavrov reabre el debate sobre los cambios territoriales como vía de negociación en Ucrania

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha señalado que las modificaciones territoriales forman parte, en muchas ocasiones, de los acuerdos de paz. Sus palabras llegan tras la reunión en Washington entre Alexander Stubb y Donald Trump, y en paralelo a una conversación telefónica entre Putin y el presidente estadounidense.

ÚLTIMA HORA | Rusia cree que los acuerdos a menudo requieren cambios territoriales

En un momento clave para la política internacional, Serguéi Lavrov ha vuelto a situar el foco en la cuestión territorial como posible llave para un acuerdo en torno a la crisis de Ucrania. En declaraciones a la cadena Rossíya 24, el ministro de Exteriores ruso aseguró que “los cambios territoriales son, a menudo, un componente integral para alcanzar acuerdos”, una afirmación que resuena con fuerza en medio de las tensiones que siguen marcando el mapa geopolítico europeo.

Las declaraciones de Lavrov no se produjeron en el vacío. Llegan después de que el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, recordara en Washington los acuerdos alcanzados en 1944 entre la URSS y Finlandia, donde se establecieron compromisos territoriales en un contexto bélico. Lo hizo durante un encuentro con Donald Trump en la Casa Blanca, en el que ambos discutieron posibles vías de solución para el conflicto ucraniano.

Paralelamente, el propio Lavrov desveló que esta semana tuvo lugar una conversación telefónica de calado entre Trump y Vladímir Putin. En ella, ambos mandatarios confirmaron su entendimiento de que la crisis debe resolverse de forma que “no vuelva a repetirse” y que, además, se tengan en cuenta los “intereses legítimos de todos los estados de la región de Rusia”. Esta última frase refleja la línea que Moscú ha defendido en todo momento: que cualquier salida a la guerra debe contemplar lo que denomina su perímetro de seguridad.

El trasfondo de estas declaraciones no es menor. Mientras las capitales europeas insisten en que la integridad territorial de Ucrania no es negociable, Moscú sigue planteando que el rediseño de fronteras podría ser parte de la ecuación. Que Lavrov recurra al ejemplo histórico de Finlandia y que Stubb lo haya evocado en Washington revela cómo los paralelismos con el pasado pesan en la diplomacia actual.

Para los analistas internacionales, este intercambio de mensajes refleja un intento de abrir espacios de diálogo indirectos entre Washington y Moscú, pese a la desconfianza mutua. La clave estará en si las potencias occidentales aceptan siquiera discutir un escenario de cambios territoriales, algo que hasta ahora ha sido un límite infranqueable para Bruselas y Kiev.

Lo que está claro es que Lavrov busca reposicionar la narrativa: que el debate deje de centrarse exclusivamente en sanciones y apoyo militar y pase a considerar fórmulas diplomáticas que, aunque incómodas, han sido utilizadas en otros conflictos históricos. Con ello, Rusia lanza un mensaje doble: voluntad de negociar, pero sin renunciar a que sus intereses estratégicos sean reconocidos.

Comentarios