Alerta en Rusia por extraña luz verde que desata rumores sobre ovnis en el cielo nocturno
Una misteriosa luz verde vista sobre Moscú ha desatado una ola de alarmas y múltiples teorías, desde explicaciones científicas hasta especulaciones sobre ovnis. Analizamos el fenómeno y su impacto en la opinión pública.
Una luminosa estela verde surcó recientemente el cielo nocturno de Moscú, sorprendiendo a miles de residentes y desatando una oleada de teorías en redes sociales. El fenómeno, captado por cámaras de seguridad y teléfonos móviles desde distintos puntos de la capital rusa, ha generado tanto fascinación como desconcierto. Mientras los astrónomos buscan una explicación racional, las especulaciones sobre su origen van desde un simple meteorito hasta hipótesis más audaces relacionadas con ovnis o pruebas secretas.
Un espectáculo que desconcertó a Moscú
La aparición ocurrió durante la madrugada, cuando una intensa luz verde cruzó el firmamento dejando tras de sí un rastro luminoso visible por varios segundos. El resplandor fue tan potente que algunos testigos lo describieron como un “relámpago sin trueno”, mientras que otros afirmaron haber sentido una leve vibración en el suelo segundos después. En pocos minutos, las redes sociales se inundaron de videos y fotografías acompañados de preguntas sin respuesta: ¿fue un asteroide? ¿una sonda espacial? ¿o algo más?
Fenómenos similares han sido observados antes en Rusia, un país con un historial notable de impactos meteóricos, como el famoso evento de Chelyabinsk en 2013, cuando un meteorito explotó sobre los Urales liberando una energía equivalente a 30 bombas de Hiroshima. Sin embargo, la intensidad del color verde y la trayectoria errática de esta nueva luz despertaron un interés particular entre los expertos.
Meteorito o fenómeno atmosférico anómalo
La hipótesis más aceptada por la comunidad científica apunta a un meteorito entrando en la atmósfera terrestre. Al penetrar a gran velocidad, la fricción calienta el aire y los minerales del objeto, produciendo un resplandor que puede variar de color según su composición química. En este caso, el tono verdoso podría deberse a altas concentraciones de níquel o magnesio, elementos que emiten esa luz característica al ionizarse.
No obstante, algunos astrónomos advierten que el comportamiento del objeto —particularmente su cambio de dirección y la ausencia de fragmentación visible— no encaja del todo con la dinámica típica de un meteorito. Esto ha llevado a que otros expertos consideren alternativas más inusuales, como fenómenos eléctricos atmosféricos o incluso pruebas de tecnología aeroespacial clasificadas.
El atractivo irresistible de lo desconocido
Como era previsible, las teorías sobre ovnis no tardaron en irrumpir en la conversación. Usuarios en redes sociales y foros especializados comenzaron a difundir comparaciones con avistamientos previos de luces similares en distintas partes del mundo, argumentando que el patrón y el color del fenómeno no corresponden a meteoritos conocidos.
En Telegram y X (antes Twitter), circularon mensajes que vinculaban el suceso con supuestos experimentos militares o lanzamientos secretos, especialmente en un contexto geopolítico tan sensible como el actual. Mientras tanto, grupos dedicados a la ufología celebraron el caso como “uno de los eventos más significativos del año”, señalando que la luz parecía desplazarse de forma controlada.
Sin embargo, los astrónomos insisten en que no hay evidencia concreta de que el fenómeno sea de origen no terrestre. “La explicación más probable sigue siendo natural, pero hasta que no analicemos los registros de radar y los datos atmosféricos, no podremos confirmarlo”, señaló en declaraciones al medio ruso TASS el físico espacial Aleksandr Karpov.
Un recordatorio de nuestra curiosidad colectiva
Más allá de la causa real, lo cierto es que la misteriosa luz verde ha despertado un renovado interés por la observación astronómica y el estudio del cielo nocturno. En cuestión de horas, las búsquedas en Internet sobre meteoritos, bólidos y fenómenos atmosféricos se dispararon en Rusia y otros países.
El episodio también revela algo sobre nuestra naturaleza: la mezcla de asombro y temor que aún nos provoca lo desconocido. En un mundo hiperconectado y saturado de información, basta una luz inesperada en el cielo para que resurja la fascinación ancestral por lo inexplicable.
Mientras los expertos continúan analizando los videos y datos de radar, el fenómeno sigue siendo un símbolo de ese límite difuso entre ciencia y mito. ¿Fue un meteorito? ¿Un experimento? ¿O algo que aún no comprendemos? La respuesta, por ahora, se mantiene en el aire… o más precisamente, suspendida sobre los cielos de Moscú.