Tokio evalúa endurecer su postura frente a Moscú en coordinación con el G7

Japón estudia nuevas sanciones a Rusia mientras el G7 coordina su respuesta en Canadá

El ministro de Defensa japonés, Minoru Kihara, confirmó que el gobierno de Tokio considera nuevas medidas contra Rusia, en el marco de la guerra en Ucrania y las recientes presiones de Estados Unidos y sus aliados. La decisión se tomará, dijo, “en función de los esfuerzos de paz y de los intereses nacionales de Japón”, mientras el país mantiene una estrecha coordinación con el G7 en la cumbre de ministros de Exteriores que se celebra esta semana en Canadá.

 

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Japón podría adoptar nuevas sanciones contra Rusia en respuesta a la guerra en Ucrania, según confirmó el ministro de Defensa, Minoru Kihara, en declaraciones recogidas por la agencia rusa TASS este miércoles. Aunque el ministro evitó precisar la naturaleza de las medidas, sí indicó que cualquier decisión se basará en “los esfuerzos de paz internacionales” y en la protección de los intereses estratégicos de Japón.

Las declaraciones de Kihara se producen en un momento clave, cuando los ministros de Asuntos Exteriores del Grupo de los Siete (G7) —que incluye a Japón, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia— se reúnen en Niagara, Canadá, para reforzar su respuesta conjunta ante la creciente cooperación militar entre Rusia y Corea del Norte. Tokio, que ha mantenido una postura prudente respecto a Moscú desde el inicio del conflicto, evalúa ahora un endurecimiento gradual de su política exterior.

“El Gobierno japonés ha estado en constante diálogo con sus socios del G7 para garantizar que cualquier acción esté alineada con los principios internacionales y las necesidades de seguridad del país”, afirmó Kihara. “Cualquier decisión se tomará con responsabilidad, teniendo en cuenta tanto los esfuerzos de paz como los intereses nacionales de Japón”, añadió.

Según fuentes diplomáticas citadas por la agencia Kyodo News, Tokio podría unirse a las medidas impulsadas por Reino Unido, que estudia prohibir los servicios de seguros para los envíos de gas natural licuado (GNL) ruso, una restricción que afectaría significativamente la capacidad de Moscú para exportar energía. Japón, sin embargo, es uno de los mayores compradores de GNL ruso, principalmente a través del proyecto Sajalín-2, y cualquier sanción adicional podría impactar directamente en su suministro energético.

Estados Unidos ha presionado a Japón en los últimos meses para que reduzca su dependencia de la energía rusa. En declaraciones recientes, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, reiteró que Washington “espera que Japón avance hacia la eliminación progresiva de las importaciones energéticas procedentes de Rusia” como parte de los esfuerzos globales para aislar económicamente al Kremlin.

No obstante, Japón enfrenta un dilema interno. Tras el cierre de la mayoría de sus centrales nucleares tras el desastre de Fukushima en 2011, el país sigue dependiendo en gran medida de las importaciones de gas y petróleo. “Tokio se encuentra en una posición delicada: busca alinearse con sus socios occidentales sin poner en riesgo su seguridad energética”, explicó el analista político Hiroshi Nakayama al diario The Japan Times. “Una medida demasiado agresiva podría repercutir en los costes de la energía doméstica, que ya se encuentran en niveles elevados”.

Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, Japón ha aplicado varias rondas de sanciones contra Moscú, congelando los activos de bancos y oligarcas, restringiendo exportaciones tecnológicas y prohibiendo la entrada de buques rusos a ciertos puertos. Sin embargo, ha mantenido excepciones en el sector energético, argumentando la necesidad de proteger la estabilidad de su economía.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha reiterado su apoyo a Ucrania y ha afirmado que Japón “no permanecerá indiferente ante las violaciones del derecho internacional”. Aun así, su administración enfrenta presiones internas de sectores industriales y políticos que reclaman cautela ante medidas que puedan encarecer aún más el coste de la vida.

En paralelo, los medios japoneses informan de que el gobierno está evaluando la posibilidad de aumentar su participación en proyectos de energía renovable y nuclear para reducir su dependencia del gas ruso a medio plazo. El Ministerio de Industria ha anunciado una inversión adicional en reactores de nueva generación y en infraestructuras de hidrógeno verde, con el objetivo de reforzar la autonomía energética del país.

Las decisiones que adopte Japón en los próximos días serán observadas de cerca tanto por Moscú como por sus aliados occidentales. Para Kihara, el equilibrio entre la firmeza diplomática y la estabilidad interna será clave. “Japón seguirá actuando con prudencia y determinación”, concluyó el ministro, dejando la puerta abierta a sanciones más duras si Rusia intensifica su ofensiva militar.

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