Goolsbee alerta: señales urgentes en empleo e inflación en EE. UU.

Austan Goolsbee advierte que el mercado laboral de EE. UU. comienza a enfriarse

Austan Goolsbee, presidente de la Reserva Federal de Chicago, advirtió recientemente que el mercado de trabajo estadounidense muestra signos de debilidad, mientras que la inflación persiste por encima del objetivo. Estas declaraciones reavivan la tensión sobre la ruta de los tipos de interés y la política monetaria futura.

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Austan Goolsbee advierte que el mercado laboral de EE. UU. comienza a enfriarse EPA/CHIP SOMODEVILLA

En un evento reciente en Grand Rapids (Michigan), Austan Goolsbee, presidente del Banco de la Reserva Federal de Chicago, dibujó un panorama preocupante: aunque el empleo se ha mantenido relativamente firme hasta el momento, hay indicios claros de enfriamiento, y la inflación continúa al alza.

Goolsbee señaló que la tasa de contratación ha caído, pero que también lo ha hecho la tasa de despidos, lo que ha generado un mercado con baja rotación laboral. Esta combinación, dijo, sugiere una fase de ralentización más que un desplome abrupto. Todos estos factores están ocurriendo en un contexto en el que los precios siguen mostrando presiones, lo que incrementa el riesgo de que la inflación se afiance. 

Uno de los puntos centrales de su discurso fue su cautela frente a recortar agresivamente los tipos de interés basándose solo en los indicios de debilitamiento laboral. Goolsbee apoya la reciente bajada de tasas realizada por la Fed, pero advierte que no es prudente “adelantarse demasiado” con recortes adicionales si no se confirma que la inflación efectivamente se dirige hacia el 2 %, el objetivo oficial.

Además, remarcó que contar con la idea de que la inflación será “transitoria” lo deja incómodo, pues los datos recientes sugieren lo contrario: los precios se mantienen elevados y los riesgos de que se conviertan en persistentes siguen latentes.

Este escenario plantea varios retos para la Reserva Federal. En primer lugar, calibrar con precisión cuánto margen tiene para bajar tasas antes de comprometer su lucha contra la inflación. En segundo, evitar que un mercado laboral demasiado debilitado detone efectos de cascada: caída del consumo, aumento del desempleo, presiones sociales. Y en tercero, mantener credibilidad en las expectativas de los agentes económicos; si los mercados y empresas anticipan inflación persistente, esa expectativa puede autoalimentarse.

Para el mundo de los negocios, estas señales envían mensajes claros: financiamiento más caro en el corto plazo, posibles ralentizaciones en inversiones y decisiones de contratación más conservadoras. Los sectores que dependen intensamente del crédito —construcción, bienes raíces, manufactura— estarán particularmente expuestos a este entorno. En paralelo, los consumidores podrían empezar a sentir presión si los precios siguen subiendo y los salarios no acompañan al mismo ritmo.

En definitiva, Goolsbee deja claro que la Fed camina sobre la cuerda floja: un paso en falso al reducir tipos podría dejar una inflación descontrolada; aguantar demasiado podría dañar el empleo. La receta, según él, debe ser paciencia, vigilancia constante de los indicadores reales y evitar prejuzgar que lo peor ya pasó.

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