Nueva amenaza comercial desde la Casa Blanca

Trump lanza una advertencia explosiva: “Quizás Estados Unidos deje de importar productos chinos”

El presidente estadounidense Donald Trump reavivó la tensión con Pekín al insinuar que podría suspender las importaciones masivas procedentes de China. Sus declaraciones llegan tras la decisión del gobierno chino de reforzar el control sobre la exportación de tierras raras, materiales esenciales para la industria tecnológica mundial.

Trump lanza una advertencia explosiva: “Quizás Estados Unidos deje de importar productos chinos”
Trump lanza una advertencia explosiva: “Quizás Estados Unidos deje de importar productos chinos”

El fantasma de la guerra comercial vuelve a sobrevolar Washington. En una rueda de prensa este jueves, Donald Trump volvió a apuntar directamente a China, advirtiendo que Estados Unidos podría dejar de importar productos chinos “si las cosas siguen así”. La frase, ambigua pero cargada de intención, reaviva el clima de confrontación económica entre las dos mayores potencias del planeta.

“Importamos cantidades masivas de bienes desde China y también les vendemos muchos productos. Pero tal vez eso tenga que detenerse”, dijo Trump ante los medios, en respuesta a las últimas medidas de Pekín, que anunció una ampliación de los controles a las exportaciones de tierras raras, minerales estratégicos para la producción de semiconductores, baterías, armamento y vehículos eléctricos.

El mandatario reconoció que “acababa de escuchar la noticia” y que aún debía evaluar sus implicaciones, pero dejó claro que la situación “será gestionada directamente” por su secretario del Tesoro, Scott Bessent, y el secretario de Comercio, Howard Lutnick. Ambos han sido encargados de analizar las consecuencias y preparar una respuesta “firme y equilibrada”.

La decisión china llega en un contexto de creciente rivalidad tecnológica y geopolítica. Las tierras raras, de las cuales China controla más del 70% de la producción mundial, se han convertido en una carta estratégica para presionar a Washington. Su restricción podría impactar directamente en la cadena de suministro global de chips y en sectores como la automoción y la defensa, donde Estados Unidos depende en gran medida de las importaciones asiáticas.

Trump aprovechó la ocasión para insistir en su plan de reindustrialización nacional y reducir la dependencia de Pekín. “Debemos fabricar más en casa, crear más empleo estadounidense y depender menos de quienes no comparten nuestros valores”, afirmó. Estas palabras recuerdan la retórica proteccionista de su primer mandato, cuando impuso aranceles a cientos de productos chinos, desatando una guerra comercial que golpeó a ambos lados del Pacífico.

Además, el presidente adelantó que el tema de la exportación de soja será uno de los puntos centrales en su próximo encuentro con el líder chino Xi Jinping, previsto para finales de mes. La soja, uno de los pilares del comercio agrícola entre ambos países, fue uno de los sectores más afectados durante el conflicto comercial de 2018-2019, y sigue siendo clave para los estados agrícolas del Medio Oeste, parte esencial de la base electoral de Trump.

Los mercados reaccionaron con cautela a las declaraciones. Los futuros del cobre y el litio cayeron ligeramente, mientras las acciones de empresas tecnológicas vinculadas a la cadena de semiconductores registraron pérdidas moderadas. Los analistas advierten de que un nuevo enfrentamiento comercial podría desestabilizar la frágil recuperación industrial global y empujar a los inversores hacia activos refugio como el oro y el dólar.

Para muchos observadores, la advertencia de Trump no es solo una respuesta a Pekín, sino también una maniobra política interna. Con la carrera electoral intensificándose, la retórica contra China vuelve a ser un arma de campaña eficaz. “Trump sabe que golpear a China vende bien entre los votantes industriales”, comentó un analista de Bloomberg. “El mensaje es claro: él quiere volver a posicionarse como el defensor de la producción estadounidense”.

Por ahora, Pekín no ha emitido respuesta oficial, pero los medios estatales chinos han calificado las palabras del presidente de “provocación irresponsable”. Mientras tanto, el tablero económico global se tensa una vez más. Y si algo ha demostrado la historia reciente, es que cuando Trump habla de aranceles o sanciones, los mercados escuchan... y tiemblan.

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