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Nvidia desmonta el miedo a la “burbuja de la IA” con unos resultados que arrasan las previsiones

Nvidia presenta unos resultados trimestrales que superan ampliamente las expectativas, impulsando el optimismo en el sector tecnológico y desacreditando los temores de una burbuja en la inteligencia artificial. Analizamos las claves de este éxito y sus implicaciones para el mercado.

Gráfica de aumento del precio de las acciones de Nvidia con fondo tecnológico y referencias a inteligencia artificial.<br>                        <br>                        <br>                        <br>
Gráfica de aumento del precio de las acciones de Nvidia con fondo tecnológico y referencias a inteligencia artificial.

En plena fase de dudas sobre si la inteligencia artificial ha inflado en exceso las valoraciones tecnológicas, Nvidia acaba de enviar un mensaje contundente a los mercados. Sus últimos resultados trimestrales no solo superan con holgura las expectativas, sino que sirven como termómetro de que, al menos por ahora, la demanda ligada a la IA sigue siendo muy real.

Un trimestre récord que dispara la confianza del mercado

Tras la presentación de sus cuentas, las acciones de Nvidia repuntaron en torno a un 6,2%, reflejo directo del entusiasmo de los inversores. La compañía comunicó ingresos de 57.000 millones de dólares en el trimestre, muy por encima de lo que manejaban la mayoría de analistas.

Lejos de sugerir una desaceleración, la propia guía de la empresa apunta a más crecimiento: Nvidia prevé facturar entre 63.700 y 66.300 millones de dólares en el cuarto trimestre, consolidando así una trayectoria de expansión que se apoya en dos grandes motores: la inteligencia artificial generativa y la computación en la nube.

En la práctica, estas cifras refuerzan la idea de que el negocio de GPUs para centros de datos y modelos de IA sigue en plena ebullición, con una demanda que, por ahora, no muestra signos claros de agotamiento.

Durante la teleconferencia con analistas, el consejero delegado Jensen Huang subrayó que la industria vive un “círculo virtuoso” de demanda de computación: cuanto más avanza la IA, más necesidad de capacidad de cálculo se genera, y eso retroalimenta el ciclo de inversión en hardware.

Huang llegó a describir una situación de “agotamiento” de GPUs en la nube, con grandes proveedores compitiendo por asegurarse suministro. También reconoció los desafíos que supone operar en mercados complejos como China y el aumento de inventarios, aunque presentó estos factores como parte de una estrategia de gestión en un entorno muy dinámico, más que como una señal de debilidad.

Efecto arrastre sobre el resto del sector de chips

El impacto positivo no se ha quedado solo en Nvidia. Compañías como AMD o Micron registraron subidas en bolsa al calor de estos resultados, apoyadas en la percepción de que todo el ecosistema de semiconductores ligado a la IA se beneficia de un ciclo de inversión de largo recorrido.

Para muchos inversores, el mensaje es claro: las dudas sobre una posible “burbuja” se moderan cuando los números muestran crecimientos de dos dígitos y previsiones al alza. Eso no elimina el riesgo de volatilidad, pero sí da más argumentos a quienes ven la IA como un motor estructural para la economía, y no como una moda pasajera.

Por ahora, los resultados de Nvidia refuerzan la tesis de que la revolución de la inteligencia artificial sigue en marcha y que la demanda de capacidad de cómputo continúa siendo uno de los grandes vectores de crecimiento del mercado tecnológico.

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