Venezuela desafía a Trump y exige la retirada de fuerzas estadounidenses del Caribe
En un nuevo episodio de tensión geopolítica, el Gobierno de Venezuela ha reclamado el retiro inmediato de los activos militares de Estados Unidos en aguas caribeñas, advirtiendo que el país está preparado para responder a cualquier agresión.
El clima político y militar en el Caribe vuelve a escalar. Durante la Reunión Extraordinaria de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el canciller de Venezuela, Yván Gil, lanzó un mensaje directo a Washington: “Exigimos el retiro inmediato de los activos militares de Estados Unidos del mar Caribe”. Sus palabras refuerzan la postura de Caracas frente a lo que considera una amenaza directa a su soberanía.
El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, fue más allá y describió con detalle el despliegue estadounidense. Según sus declaraciones, Washington ha posicionado ocho embarcaciones con más de 1.200 misiles y 4.200 efectivos “entrenados que han anunciado estar listos para invadir Venezuela”. Ante este escenario, Padrino advirtió que el país “está preparado para enfrentar cualquier ataque”, reforzando así la narrativa de resistencia del Gobierno de Nicolás Maduro.
El Caribe y América Latina son hoy escenarios de una creciente pugna de influencia entre Estados Unidos y otros bloques emergentes, lo que añade un trasfondo geopolítico a la tensión. Venezuela, inmersa en sanciones y aislamiento económico, interpreta la presencia militar norteamericana como un intento de desestabilizar internamente al país y debilitar su posición internacional.
El desafío venezolano llega en un momento sensible, con Donald Trump endureciendo su discurso hacia gobiernos que considera adversarios. La confrontación verbal entre Caracas y Washington se enmarca en un tablero global en el que las potencias buscan reafirmar su influencia, incluso en regiones históricamente consideradas como áreas de influencia de EE.UU.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con cautela. La Celac, como foro regional, podría convertirse en un espacio clave para canalizar tensiones y evitar una escalada que comprometa la estabilidad del Caribe. La incógnita es hasta qué punto Washington hará caso a las exigencias de Caracas y cómo responderá ante la presión diplomática de sus vecinos latinoamericanos.
Lo cierto es que la retórica bélica sigue subiendo de tono, y Venezuela parece decidida a mostrarse firme frente a la amenaza estadounidense, en un pulso que recuerda a los viejos ecos de la Guerra Fría, pero en un escenario geopolítico completamente distinto.