Los ministros de Energía de la Unión Europea se reunieron este lunes en Bruselas bajo el liderazgo del danés Dan Jorgensen, recientemente nombrado comisario de Energía. El encuentro tuvo como objetivo analizar medidas para reducir los precios de la energía y fortalecer la competitividad de la industria del bloque, un desafío cada vez más urgente debido a las tensiones geopolíticas y la persistente volatilidad en los mercados energéticos. De fondo, pero no menos importante, el acuerdo de tránsito de gas ruso a través de Ucrania, que está a punto de terminarse; el 1 de enero de 2025 dejará de fluir el gas de Rusia y el acuerdo no se prorrogará, según ha confirmado Ucrania.
Hungría —que ocupa la presidencia rotatoria de la UE— subrayó la urgencia del problema: “La asequibilidad de la energía sigue siendo una preocupación acuciante, con precios volátiles impulsados por tensiones geopolíticas, interrupciones en la cadena de suministro y dependencia de las importaciones de combustibles fósiles”. Sin embargo, la Comisión Europea asegura que los países están preparados para el fin del acuerdo entre Rusia y Ucrania, y que existen alternativas. En un correo electrónico, ha quitado hierro al asunto asegurando que “la UE no tiene interés en un mayor tránsito de gas ruso a través de Ucrania”.
La reunión abordó especialmente el desafío de mantener la estabilidad energética en Europa, considerando el inminente vencimiento, el próximo 31 de diciembre, del acuerdo intergubernamental entre Ucrania y Rusia que permite el tránsito de gas ruso hacia el continente europeo a través de territorio ucraniano. Este acuerdo ha sido una pieza clave para garantizar el suministro energético en países como Austria y Eslovaquia o Moldavia, que dependen en gran medida del gas ruso.
Sin embargo, la Comisión Europea insiste en que los países aún dependientes del suministro ruso deben prepararse para alternativas, destacando que la región ha logrado reducir significativamente su exposición al gas de Moscú desde la crisis energética de 2022. Esta reducción fue posible gracias al aumento de las importaciones de gas natural licuado, que reemplazaron en buena medida los flujos perdidos.
A pesar de estos esfuerzos, el mercado energético europeo sigue siendo frágil. Los futuros del gas alcanzaron niveles máximos en un año a principios de este mes, reflejando la sensibilidad del mercado ante cualquier perturbación, por mínima que sea. A esto se suma la preocupación de hogares y empresas que aún lidian con precios elevados de la electricidad y el gas, a pesar de que los niveles actuales están lejos de los picos históricos de 2022.
Opciones en la mesa: nuevas rutas y acuerdos energéticos
Mientras la Comisión Europea descarta negociar con Rusia para extender el acuerdo de tránsito, algunos países miembros, como Hungría y Eslovaquia, exploran soluciones alternativas. Una de las propuestas que ha ganado tracción es un posible acuerdo de intercambio entre Rusia y Azerbaiyán que permitiría mantener el flujo de gas hacia Europa. Este tipo de acuerdos, aunque controvertidos, evidencian la necesidad urgente de garantizar el suministro energético en la región sin comprometer la agenda de diversificación.
El encuentro también sirvió para discutir los preparativos del bloque de cara al próximo invierno, una temporada que tradicionalmente somete a prueba la resiliencia energética de Europa debido al aumento del consumo. La Comisión afirmó que, aunque se han logrado avances significativos en la diversificación y el almacenamiento de gas, la incertidumbre persiste.
La Brújula de la Competitividad y el Clean Industrial Deal
En el marco de la nueva Comisión Europea, que inicia su mandato de cinco años, se espera la presentación de importantes iniciativas destinadas a reforzar la seguridad energética y la competitividad industrial. Una de ellas es la Brújula de la Competitividad, que se dará a conocer el próximo 15 de enero. Este documento explorará estrategias para reducir las dependencias energéticas del bloque y mejorar su capacidad industrial, siguiendo las recomendaciones del informe presentado en septiembre por Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo.
Posteriormente, el 26 de febrero, la Comisión presentará el Clean Industrial Deal, una propuesta integral para garantizar la competitividad de las industrias europeas durante la transición verde. Este plan incluirá medidas para asegurar energía asequible, considerada un pilar fundamental para evitar que las empresas del continente pierdan terreno frente a competidores globales, especialmente de Estados Unidos y China.
Además, durante los primeros 100 días de su mandato, la Comisión publicará una hoja de ruta para eliminar progresivamente las importaciones de combustibles fósiles rusos, que todavía representan cerca del 15% del total energético del bloque.
Un desafío continuo en la transición verde
La UE se encuentra en una posición compleja: por un lado, necesita cumplir sus ambiciosos objetivos de transición energética y descarbonización, pero por otro, debe asegurar la estabilidad económica y social de sus países miembros. La volatilidad en los precios, la amenaza de interrupciones en el suministro y la presión por reducir la dependencia del gas ruso se suman a la necesidad de mantener a la industria europea competitiva en un entorno global desafiante.
El encuentro de los ministros de Energía en Bruselas marca un paso clave en esta dirección, pero también deja claro que Europa enfrenta un desafío prolongado. La capacidad de los Estados miembros para coordinar esfuerzos, garantizar suministros alternativos y proteger a sus ciudadanos de los efectos de una energía costosa será crucial en los próximos meses.