3I/ATLAS, el cometa interestelar que desafía las teorías: no se fragmentó tras su paso por el Sol
El cometa interestelar 3I/ATLAS no se desintegró cerca del Sol como era esperado. Descubre los detalles de sus chorros de material y su enorme cola, fenómenos que desafían la comprensión de los astrónomos y mantienen el misterio sobre su verdadera naturaleza.
El 3I/ATLAS, un cometa interestelar de naturaleza insólita, ha capturado la atención de científicos y aficionados del cosmos por igual. A diferencia de lo esperado tras su acercamiento al Sol, este cuerpo no se desintegró, algo que desafía las nociones clásicas sobre la mecánica cometaria. ¿Qué secretos esconde y por qué genera tanto revuelo en la comunidad astronómica? Lo analizamos aquí.
Descubrimientos clave desde La Palma
El 11 de noviembre, observaciones desde el Telescopio Óptico Nórdico en La Palma, por parte de David Jewitt y Jane Lu, revelaron datos inesperados. Por ejemplo, detectaron al menos siete chorros de material o jets —un fenómeno no muy común— con algunos de ellos apuntando directamente hacia el Sol, formando lo que se denomina una “anticola”.
Esta estructura es una especie de "reflejo" de la cola habitual de un cometa y surge por la perspectiva y organización del polvo en su plano orbital. Pero eso no es todo: la cola principal alcanza dimensiones verdaderamente gigantescas, superando los tres millones de kilómetros, liberando gases e iones en cantidades extraordinarias debido a la interacción con el viento solar.
La anomalía de la integridad del cuerpo
A pesar de la actividad extrema, el 3I/ATLAS continúa siendo un único agregado sólido, lo que es inusual. Avi Loeb, destacado astrofísico, subraya que, frente a tanta liberación de material, un cometa común debería haberse fragmentado tras el perihelio, pero el 3I/ATLAS se mantiene intacto — lo que abre interrogantes profundos sobre su composición y origen.
Además, las direcciones en que expulsa material –tanto hacia el Sol como en sentido opuesto al mismo– observadas con elongaciones específicas (106° y 301°), parecen desafiar el comportamiento que esperaríamos de cualquier cometa típico.
Implicaciones y seguimiento científico
El uso de filtros R, que permiten observar el polvo y bloquean parte de la emisión gaseosa, revela que los jets captados no son visibles en gas, pero sí en partículas sólidas. Esto confirma que el núcleo permanece unido y estable, descartando fragmentaciones visibles.
La comunidad científica y agencias como la NASA siguen atentamente este fenómeno, no solo por la rareza observada, sino también porque la naturaleza exacta de este objeto sigue siendo un misterio, dejando abierta la puerta a hipótesis poco convencionales más allá de la ciencia tradicional.