Alibaba impulsa su futuro con inversión récord en IA y lanza el modelo Qwen-3-Max
Alibaba no se contenta con liderar el comercio electrónico y los servicios en la nube: ha decidido dar un paso decisivo para convertirse en una potencia de inteligencia artificial. Este miércoles, bajo la batuta del consejero delegado Eddie Wu, la empresa china anunció que no solo mantendrá su compromiso de invertir 380.000 millones de yuanes en infraestructura de inteligencia artificial durante los próximos tres años, sino que incrementará aún más ese desembolso ante la creciente demanda del sector.
La reacción del mercado no se hizo esperar: las acciones de Alibaba en la bolsa de Hong Kong subieron un 7,78 % en la mañana europea, cotizando alrededor de 171,70 dólares de Hong Kong.
Pero la piedra angular del anuncio fue el lanzamiento de Qwen-3-Max, un modelo de lenguaje de inteligencia artificial (LLM) con más de un billón de parámetros, que representa el salto más ambicioso hasta ahora dentro de la línea de IA de Alibaba. Según el director técnico Zhou Jingren, Qwen-3-Max sobresale en generación de código y capacidades de agente autónomo, lo que le permite actuar con menor intervención humana.
El hecho de que Alibaba apueste por modelos de agente autónomo —capaces de tomar decisiones hacia un objetivo— coloca a su estrategia de IA en un nivel más avanzado, alineándose con tendencias globales del sector.
En paralelo, la compañía ha presentado otras herramientas complementarias como Qwen3-Omni, un modelo multimodal orientado a entornos inmersivos (realidad aumentada, virtual) y dispositivos como gafas inteligentes o incluso salpicaderos inteligentes en automóviles. Este movimiento marca una estrategia de expansión horizontal: no solo construir modelos potentes, sino integrarlos en el hardware y los escenarios más emergentes.
El contexto en el que Alibaba actúa es exigente. China ha venido impulsando la autosuficiencia en chips y computación de alto rendimiento como proyecto estratégico nacional. No obstante, el dominio técnico no proviene únicamente del respaldo estatal: firmas privadas como Alibaba están emergiendo como competidores decisivos en el valle de los semiconductores, gracias a unidades internas como T-Head, que ya suministran procesadores para centros de datos locales.
Esta dualidad —ser gigante del comercio y los servicios y, al mismo tiempo, desafiante en el núcleo tecnológico— podría volver a colocar a Alibaba como referente en la nueva era de la inteligencia artificial. Si la propuesta se materializa, empresas de todo el mundo lo observarán con atención: ¿será Qwen-3-Max un rival capaz de superar modelos globales establecidos o simplemente un sólido competidor regional?