Detectan desde el espacio una misteriosa señal proveniente del núcleo de la Tierra
Satélites de la misión GRACE han identificado un fenómeno inusual a casi 2.900 kilómetros bajo la superficie terrestre. El hallazgo, publicado en la revista Nature, revela un cambio en la densidad de los materiales situados entre el núcleo y el manto de la Tierra, ocurrido entre 2006 y 2008, que hasta ahora había pasado desapercibido.
La ciencia vuelve a mirar hacia las profundidades de nuestro planeta tras la detección de una señal que podría reescribir parte del conocimiento sobre la dinámica interna de la Tierra. Los satélites del Experimento de Recuperación de Gravedad y Clima (GRACE, por sus siglas en inglés), diseñados originalmente para estudiar la distribución de masas y el clima, registraron una anomalía gravitatoria vinculada al núcleo terrestre que permanecía oculta hasta ahora.
El análisis de los datos, realizado por investigadores de la Universidad Gustave Eiffel y de la Universidad de la Ciudad de París, ha revelado un cambio en la densidad de los materiales que forman la frontera entre el núcleo y el manto terrestre. Dicho fenómeno, fechado entre 2006 y 2008, podría estar relacionado con procesos aún poco comprendidos, como movimientos de materiales fundidos, liberación de calor o variaciones en la composición mineral a grandes profundidades.
Los científicos subrayan que la señal fue detectada desde el espacio gracias a la extraordinaria sensibilidad de los satélites GRACE, capaces de medir minúsculos cambios en el campo gravitatorio terrestre. Aunque el hallazgo no implica un riesgo inmediato para la superficie, sí abre nuevas preguntas sobre la dinámica interna del planeta y cómo estos procesos profundos podrían influir en fenómenos observables como la actividad volcánica, los movimientos tectónicos o incluso la evolución del campo magnético.
La publicación en Nature ha despertado un notable interés en la comunidad geofísica, pues se trata de la primera vez que se identifica un cambio de este tipo mediante observaciones satelitales. Los expertos advierten que aún se necesitan más investigaciones para determinar la naturaleza exacta del fenómeno y sus posibles implicaciones.
