IBEX 35

Esta es la razón por la que solo una conocida empresa española se hunde y arrastra al IBEX 35

Aerolíneas

El IBEX 35 cerró la jornada de este viernes con una caída del 1,34%, hasta los 15.901 puntos, afectado por el desplome de IAG, la corrección de la banca y el tono negativo de los mercados internacionales. Con este retroceso, el índice acumula una pérdida semanal del 0,82%, en un contexto marcado por la aversión global al riesgo y la preocupación por las valoraciones tecnológicas en Estados Unidos. El gran protagonista —o más bien, la víctima— de la sesión fue International Airlines Group (IAG), matriz de Iberia, British Airways, Vueling, Aer Lingus y Level, que se desplomó un 11,49%, su peor sesión desde noviembre de 2021. El golpe llegó tras la publicación de unos resultados trimestrales ligeramente por debajo de lo previsto, con un EBIT antes de extraordinarios inferior al consenso del mercado.

Según Iván San Félix, analista de Renta 4, los números “quedan algo por debajo de lo esperado, aunque la evolución operativa sigue siendo positiva”. Añade que el grupo mantiene sus previsiones de beneficio anual y que las reservas del cuarto trimestre continúan sólidas, lo que refleja una demanda estable pese al contexto macroeconómico.

Desde Bankinter, la analista Pilar Aranda destaca la “fortaleza del balance y la elevada liquidez”, pero reconoce que “el tercer trimestre fue más débil que el mismo periodo del año pasado, que fue excepcionalmente fuerte”. Aun así, subraya que mantener guías en un entorno geopolítico tan incierto “es una señal de confianza y estabilidad”.

IAG: caída pese a resultados sólidos

La caída fue interpretada por muchos expertos como una reacción excesiva. “El castigo parece desproporcionado si tenemos en cuenta la solidez estructural de la compañía”, afirman desde RBC Capital Markets, que mantienen su recomendación de compra y consideran que IAG sigue presentando “una rentabilidad y una posición de mercado más sólidas que la media del sector aéreo europeo”.

La compañía, además, ha completado casi por completo su programa de recompra de acciones por 1.000 millones de euros y planea repartir dividendo en febrero, lo que confirma su confianza en la generación de caja. Según Alexander Paterson, analista de Peel Hunt, “IAG podría devolver hasta 3.000 millones de euros adicionales a los accionistas en 2025”. No obstante, advierte que el trimestre se vio penalizado por la debilidad del tipo de cambio y una ligera caída en los factores de ocupación.

Pese a la jornada negra, el valor acumula un avance del 20% en 2025 y del 66% desde los mínimos de abril, un rendimiento notable que sugiere que la corrección actual podría ser solo un alto en el camino. El consenso de Bloomberg mantiene una visión optimista: el 80% de los analistas recomienda comprar, con un precio objetivo medio de 5,33 euros por acción, lo que implicaría un potencial de revalorización del 22% desde los niveles actuales. Entre las estimaciones más alcistas se encuentra la de Citi, que eleva su proyección hasta 7,04 euros, un 60% por encima del precio actual.

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El sector bancario y la presión internacional agravan la caída del IBEX

El desplome de IAG no llegó solo. El sector bancario sufrió también una sesión complicada, con descensos del 2,9% en Banco Sabadell, 2,6% en Unicaja, 2,59% en BBVA y 2,44% en CaixaBank, reflejando la corrección generalizada en Europa. Cellnex retrocedió un 0,5%, pese a presentar resultados sólidos.

En contraste, algunas compañías lograron resistir la presión. Amadeus subió un 1,55% tras anunciar un aumento del 10% en su beneficio neto, hasta los 1.088 millones de euros, y se convirtió en el valor más destacado de la sesión. También avanzaron Indra, ArcelorMittal, Repsol y Acerinox, todas con ganancias superiores al 1%. Telefónica, que venía de una semana turbulenta con una caída del 17% por su plan estratégico y la reducción del dividendo, logró estabilizarse con un leve avance del 0,36%.

Contexto global: miedo al riesgo y dudas sobre la economía estadounidense

La tensión no se limita a España. En Wall Street, el Nasdaq apunta a cerrar su peor semana desde abril, con fuertes caídas en las grandes tecnológicas ante el temor a una sobrevaloración del sector de inteligencia artificial.

El pesimismo aumentó tras publicarse el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, que cayó a 53,1 puntos, su nivel más bajo en tres años, por debajo de las previsiones (53,6) y reflejando un deterioro de las expectativas a futuro.

A ello se suma la incertidumbre en torno al cierre prolongado del Gobierno federal estadounidense, que ha paralizado la publicación de los datos oficiales de empleo. La falta de referencias macroeconómicas claras ha incrementado la volatilidad y favorecido una huida hacia activos refugio como el dólar, los bonos del Tesoro y el oro.

Visión de los analistas: una corrección necesaria

A pesar del mal tono de los mercados, varios analistas coinciden en que el movimiento no implica el fin del ciclo alcista. Craig Johnson, de Piper Sandler, considera que los índices “enfrentan una presión vendedora saludable” y recomienda mantener la calma, buscando oportunidades tras la corrección.

Desde Goldman Sachs, Tony Pasquariello define el actual escenario como “una fase de debilidad dentro de una tendencia general alcista”. Según el experto, las fuertes subidas acumuladas desde mediados de año hacían inevitable un ajuste, aunque las perspectivas de crecimiento global siguen siendo positivas.

Una semana de ajuste, no de crisis

El IBEX 35 cierra por debajo de los 16.000 puntos, lastrado por el desplome de IAG y la debilidad del sector financiero, pero con algunos valores defensivos mostrando resiliencia. En el plano internacional, la combinación de datos económicos decepcionantes, sobrevaloración tecnológica y tensión política en EE. UU. ha disparado la aversión al riesgo.

Los analistas, sin embargo, mantienen una lectura constructiva: la corrección podría ser una pausa natural dentro de un ciclo todavía alcista, y la fuerte liquidez del sistema financiero global sugiere que los inversores podrían volver pronto a buscar oportunidades en compañías con fundamentos sólidos.

En el caso de IAG, la caída de hoy parece más un ajuste puntual que una señal de debilidad estructural. Con una posición financiera sólida, programas de recompra activos y un dividendo a la vista, muchos ven en el desplome del viernes una oportunidad más que una amenaza.

La reacción del mercado ha sido dura, pero para muchos inversores, el retroceso podría representar una oportunidad de entrada en una compañía que sigue mostrando signos de fortaleza estructural a largo plazo.

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