Europa estrena un sistema biométrico que revoluciona el control fronterizo en Schengen

La Unión Europea implementa el sistema EES, que utiliza datos biométricos para controlar la entrada y salida de viajeros no comunitarios en el espacio Schengen. Un cambio que mejora la seguridad pero suscita debate sobre privacidad y vigilancia.

Imagen promocional del nuevo Sistema de Entrada y Salida (EES) que la Unión Europea empezó a implementar en 2025 para reforzar el control fronterizo.<br>                        <br>                        <br>                        <br>
Europa estrena un sistema biométrico que revoluciona el control fronterizo en Schengen

Desde este domingo, Europa ha dado un paso firme rumbo a una frontera más digitalizada y vigilada. Entró en vigor el Sistema de Entrada y Salida (EES), una nueva plataforma que registra datos biométricos de viajeros no comunitarios y promete cambiar por completo el modo en que se controla quién entra y sale del espacio Schengen. Lo que a simple vista puede parecer un avance tecnológico, en realidad es la punta del iceberg de un debate que roza la privacidad y las libertades individuales, algo para nada trivial en estos tiempos.

¿Qué implica exactamente el Sistema de Entrada y Salida?

El EES es un registro electrónico que reemplaza el tradicional sello en el pasaporte. A partir de ahora, quienes no pertenezcan a la Unión Europea o a sus países asociados deberán entregar, además de sus datos personales, una fotografía facial y sus huellas dactilares al ingresar al territorio Schengen.

Esta información biométrica será almacenada durante tres años y, según Bruselas, estará destinada exclusivamente al control fronterizo, la seguridad y el seguimiento migratorio. ¿Será suficiente esta garantía? Esa pregunta flota en el aire, sobre todo porque el sistema capta detalles muy sensibles y su despliegue será progresivo, con desigualdad geográfica inicialmente.

¿Quiénes se ven afectados y quiénes quedan exentos?

El EES alcanza a todos los ciudadanos extraeuropeos, incluyendo grandes bloques como Estados Unidos, Canadá y Reino Unido. Así que, por ejemplo, un turista mexicano o australiano debe someterse a este nuevo requisito biométrico. Solo los menores de 12 años quedan fuera de esta obligación.

Por supuesto, el acceso al territorio dependerá de la aceptación de estos datos; si alguien rechaza proveerlos, la entrada será denegada sin atenuantes.

El calendario del despliegue: ¿qué esperar hasta 2026?

La implantación es gradual, por lo que aún no todos los países ni aeropuertos están listos para la operatividad total del EES. Esta transición escalonada podría generar ciertos desajustes o confusiones en la fase inicial, a lo cual hay que estar atentos.

Además, el sistema también dejará registro de denegaciones de entrada o estancias irregulares que excedan su límite legal, aumentando el control sobre las dinámicas migratorias.

Más allá de la tecnología: ¿una cuestión de control social?

No cabe duda de que la Unión Europea busca reforzar la seguridad y gestionar mejor la migración. Pero, ¿cuánto de este ángulo se mezcla con la idea de un control ciudadano más estricto? El debate sobre vigilancia y libertades se torna crucial, porque si algo hemos aprendido es que las medidas de seguridad a menudo abren puertas a controversias éticas.

El seguimiento constante mediante datos biométricos incluso de visitantes temporales marca un salto importante en la dimensión del control fronterizo, con implicaciones que van más allá de la pura gestión migratoria.

Respuestas del público y expertos

Expertos en privacidad y derechos digitales han expresado ciertas reservas, señalando que un sistema tan penetrante podría facilitar la vigilancia masiva si no está bien regulado. Por su lado, algunos viajeros manifiestan inquietud por la extensión del registro y qué sentido real tiene esa acumulación de datos.

Desde el punto de vista de las autoridades, claro está, se trata de una herramienta estratégica para combatir la inmigración ilegal y mejorar la seguridad, especialmente en un momento en que las tensiones políticas son evidentes.

Comentarios