Los inversores esperan que el Dow Jones suba "mucho" tras el 30 de octubre un este "encuentro"
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, se verán las caras el próximo 30 de octubre durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), en un encuentro que podría marcar un antes y un después en las relaciones entre las dos mayores potencias económicas del planeta. La reunión busca rebajar las tensiones comerciales y avanzar hacia un posible entendimiento tras meses de fricciones arancelarias y tecnológicas.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, confirmó que la cita se celebrará en los márgenes del foro y que ambos líderes mantendrán una conversación “de alto nivel” sobre comercio, inversiones y seguridad económica. “Creo que saldremos muy bien y todos van a estar muy contentos”, afirmó Trump el jueves al ser preguntado sobre la reunión.
Será la primera reunión presencial entre ambos mandatarios desde 2019, cuando coincidieron durante el primer mandato del republicano. Desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, ambos solo han mantenido dos conversaciones telefónicas, por lo que el encuentro se percibe como una oportunidad decisiva para reanudar el diálogo directo.
Una cita clave con el reloj en contra
El encuentro llega en un momento crítico. El acuerdo de distensión comercial que rige actualmente expira el 10 de noviembre, y las negociaciones para su renovación se encuentran estancadas. Además, Trump ha fijado el 1 de noviembre como fecha límite para imponer nuevos aranceles del 100% sobre productos chinos si no se logran avances significativos.
En las últimas semanas, Washington y Pekín han intensificado sus medidas recíprocas: aranceles, restricciones a las exportaciones tecnológicas y tasas portuarias adicionales. A ello se suman disputas geopolíticas sobre Taiwán, la producción de fentanilo y el control de los minerales raros, esenciales para la industria tecnológica global.
Según el analista Han Shen Lin, de la consultora The Asia Group, el encuentro será “de alto riesgo y alta recompensa”. A su juicio, ambos líderes intentarán “pulsar el botón de reinicio” en la relación sin ofrecer concesiones significativas que puedan interpretarse como debilidad. Lin cree que es más probable que se acuerde reanudar las conversaciones comerciales que un gran pacto estructural.
Señales de desescalada y expectativas de los mercados
Pese a la tensión, la confirmación de la reunión ha sido recibida con optimismo tanto en los mercados como en el ámbito diplomático. Para los analistas, el simple hecho de que Trump y Xi se sienten a dialogar ya es un mensaje de distensión, y podría impulsar a los inversores a tomar posiciones más optimistas.
En este sentido, los mercados bursátiles de Estados Unidos podrían reaccionar positivamente tras la cumbre si se confirma que las conversaciones avanzan y que las tensiones comerciales se moderan. Los analistas esperan que el Dow Jones Industrial Average —que cerró la semana con ligeras caídas por la incertidumbre comercial— rebote al alza si ambas potencias anuncian algún tipo de progreso o compromiso para evitar una nueva escalada arancelaria.
Según Dan Wang, analista de Eurasia Group, China podría comprometerse a reanudar las compras agrícolas en Estados Unidos o a facilitar el acceso a tierras raras, mientras que Washington podría flexibilizar ciertos límites tecnológicos a las empresas chinas. “Si se percibe que el tono entre ambos países mejora, los mercados lo celebrarán de inmediato”, señaló.
Camino incierto, pero esperanzador
Ambas delegaciones han comenzado a preparar el terreno. Una comitiva china liderada por el vice primer ministro He Lifeng, principal negociador comercial de Pekín, se reunirá esta semana en Malasia con el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, para coordinar posturas previas al encuentro.
El ministro de Comercio chino, Wang Wentao, subrayó que aún es posible encontrar “vías de cooperación” y evitar un desacoplamiento económico total entre ambos países.
En cualquier caso, la reunión del 30 de octubre podría convertirse en uno de los momentos diplomáticos más relevantes del año. Si Trump y Xi logran acercar posturas, se abriría una etapa de mayor estabilidad económica y comercial. De lo contrario, el fracaso del encuentro podría reavivar la incertidumbre global y golpear de nuevo a los mercados.
Los inversores, por ahora, mantienen la mirada puesta en la cumbre, esperando que de ella surja una noticia clara: que el riesgo de un nuevo choque comercial empiece, por fin, a disiparse.