Trump anuncia que busca recuperar la base de Bagram en Afganistán
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió al afirmar que su gobierno trabaja para retomar el control de la base aérea de Bagram, la mayor instalación militar que tuvo Washington en Afganistán y que cayó en manos de los talibanes tras la retirada de 2021. El anuncio, realizado junto al primer ministro británico Keir Starmer, subraya la creciente tensión estratégica con China.
En una comparecencia conjunta con el primer ministro del Reino Unido, Donald Trump dejó entrever un cambio de rumbo en la política exterior de su país. El mandatario aseguró que Estados Unidos “está intentando recuperar la base de Bagram”, la histórica instalación militar situada a 60 kilómetros de Kabul que durante dos décadas fue el epicentro de las operaciones estadounidenses en Afganistán.
Trump justificó la intención de volver a ocuparla señalando que la base tiene un valor geoestratégico incuestionable: “Está a una hora de donde China fabrica sus armas nucleares”, declaró, en un mensaje que apunta directamente a la rivalidad con Pekín. Sus palabras sugieren que el interés ya no se limita a Afganistán o a la lucha contra el terrorismo, sino a reforzar la presencia militar en un enclave próximo al gigante asiático.
La base de Bagram fue evacuada en julio de 2021, semanas antes de la caótica retirada final de las tropas estadounidenses y la toma del poder por parte de los talibanes. En ese momento, su abandono fue visto como el símbolo más claro del fin de la intervención en Afganistán, iniciada tras los atentados del 11-S. Desde entonces, el complejo ha sido utilizado por las autoridades talibanes, que lo consideran parte de su soberanía recuperada.
El anuncio de Trump plantea incógnitas sobre la viabilidad de semejante operación. Recuperar Bagram implicaría negociaciones diplomáticas de alto riesgo, posibles acciones militares y un coste político significativo en un país que aún sufre graves tensiones internas. Además, supondría un desafío directo a la narrativa de cierre del ciclo afgano que marcó a anteriores administraciones.
Al mismo tiempo, la declaración refleja la centralidad de China en la agenda de seguridad de Washington. Al vincular Bagram con la cercanía a instalaciones nucleares chinas, Trump sitúa la posible reapertura de esta base dentro de la competencia estratégica global, donde Estados Unidos busca reforzar posiciones de disuasión y control en Asia.