Wall Street respira aliviado y el Dow Jones vuelve a la senda de crecimiento (pero despacito)
El Promedio Industrial Dow Jones (DJIA) cerró el miércoles con una ligera estabilización después de un segundo día consecutivo de subidas, alcanzando niveles cercanos a los 46.600 puntos. Aunque la jornada terminó prácticamente en plano, el índice consolidó su recuperación, impulsado por unas sólidas ganancias corporativas y la expectativa de que las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China puedan desembocar en un acuerdo económico impulsado por Donald Trump.
Pese a un contexto internacional marcado por la incertidumbre —incluido el cierre parcial del gobierno estadounidense y los nuevos aranceles cruzados entre Washington y Pekín—, los grandes inversores mantienen la calma. Los principales empresarios norteamericanos confían en que las presiones de la Casa Blanca acaben por traducirse en un pacto comercial que reactive la confianza de los mercados y permita un rebote sostenido del Dow Jones.
Wall Street apuesta por los resultados y minimiza las tensiones
Los informes de ganancias trimestrales están actuando como el principal motor del optimismo en los mercados. Morgan Stanley y Bank of America sorprendieron con resultados por encima de las previsiones, registrando subidas del 6% y 5% respectivamente, mientras que el conglomerado francés LVMH escaló más de un 12% tras superar las expectativas de beneficios en el sector del lujo.
Estas cifras han ayudado a calmar los temores sobre el impacto económico de las tensiones entre Washington y Pekín, que han vuelto a intensificarse con la imposición de nuevos aranceles sobre el transporte marítimo. Pese a ello, el Ministerio de Comercio chino ha reiterado que Pekín está dispuesto a dialogar para garantizar “la estabilidad de las cadenas de suministro globales”, un mensaje que los mercados han recibido con cierto alivio.
Trump, las tarifas y la esperanza de un pacto
En el entorno político, el presidente Trump continúa utilizando las tarifas como herramienta de presión económica. Sin embargo, varios analistas y empresarios estadounidenses consideran que estas medidas forman parte de una estrategia negociadora más amplia, destinada a forzar un nuevo acuerdo comercial con China.
Fuentes cercanas al entorno empresarial estadounidense sostienen que un entendimiento entre ambas potencias podría impulsar el Dow Jones por encima de los 47.000 puntos, apoyado en una recuperación de la confianza global y en un flujo renovado de inversión hacia los sectores industrial y tecnológico.
Aunque el cierre del gobierno federal sigue sin resolverse, la falta de datos oficiales de empleo y consumo no ha frenado el apetito de los inversores. La expectativa de que la Reserva Federal (Fed) realice dos nuevos recortes de tipos de interés antes de fin de año añade combustible al optimismo en los parqués.
Una jornada marcada por la calma y la cautela
Tras los repuntes del inicio de semana —cuando el Dow Jones avanzó un 1,29%, el S&P 500 un 1,56% y el Nasdaq 100 un 2,21%—, el mercado se movió este miércoles con mayor prudencia, a la espera de los próximos informes de resultados y de las palabras del presidente de la Fed, Jerome Powell, que podría ofrecer nuevas pistas sobre la política monetaria.
A pesar de los nubarrones —aranceles, cierre del gobierno y tensiones geopolíticas—, el panorama corporativo sigue mostrando señales de fortaleza. En este contexto, las grandes empresas estadounidenses parecen convencidas de que la estrategia de presión de Trump acabará en entendimiento con China, lo que podría abrir una etapa de estabilidad y recuperación sostenida para el Dow Jones.
Un cielo gris con claros azules
En un escenario internacional marcado por la volatilidad, las bolsas norteamericanas encuentran su respiro en las ganancias empresariales y en la expectativa de que la política acabe cediendo ante la economía.
El mensaje entre los principales inversores de Wall Street es claro: si Trump y Xi Jinping logran sellar un nuevo acuerdo comercial, el rebote del Dow Jones podría ser inmediato y contundente, reforzando la posición de EE. UU. como motor de la recuperación global.
Por ahora, los mercados siguen avanzando con cautela, pero con la vista puesta en un horizonte más despejado, donde los resultados empresariales y la diplomacia económica podrían devolver al índice más emblemático del planeta su papel de termómetro optimista de la economía mundial.
