Especial

Nasdaq - Dow Jones: EEUU Sorprende con un Crecimiento del PIB que Desafía a la Fed y la Estrategia de Powell

El dinamismo económico en el tercer trimestre de 2025 convive con un PCE subyacente del 2,9% y complica la hoja de ruta de recortes de tipos de Jerome Powell en plena presión política de la Casa Blanca.

Gráfico ilustrativo del crecimiento económico de Estados Unidos con la imagen representativa del análisis financiero.<br>                        <br>                        <br>                        <br>
Crecimiento económico de Estados Unidos

El dato de crecimiento económico de Estados Unidos en el tercer trimestre de 2025 ha sorprendido a analistas y mercados: el PIB avanza un 4,3%, muy por encima de las previsiones. El indicador refleja una combinación de actividad industrial vigorosa y consumo robusto, pero lejos de despejar dudas, coloca a la Reserva Federal y a su presidente, Jerome Powell, ante un dilema incómodo. Mientras la economía acelera, el PCE básico se mantiene en el 2,9%, en línea con lo esperado, dibujando un escenario en el que crecimiento e inflación envían señales contradictorias justo cuando la Fed preparaba su plan de recortes de tipos.

El resultado es un cuadro de aparente fortaleza macroeconómica con una inflación contenida, pero que, en la práctica, limita el margen de maniobra de la política monetaria y eleva el nivel de incertidumbre en los mercados de renta fija y activos de riesgo.

Crecimiento fuerte, inflación contenida

El comportamiento de la economía estadounidense presenta una paradoja llamativa. En un contexto que muchos daban por moderación, el PIB del 4,3% refleja una economía «funcionando a toda máquina», mientras que el PCE subyacente se consolida en torno al 2,9%, respetando las previsiones de los analistas.

Esta combinación, lejos de ser una buena noticia sin matices, complica de manera significativa la toma de decisiones en la Fed. Con una inflación que parece bajo control y un crecimiento que supera lo previsto, el argumento para recortar tipos pierde fuerza, justo cuando el banco central buscaba una señal clara para iniciar una relajación gradual de la política monetaria.

El “permiso de la inflación” para bajar tipos

En este contexto, la lectura de los datos se vuelve clave. Víctor Alvargonzález, director de estrategia de Nextep Finance, resume el enfoque de la autoridad monetaria: «La Fed busca el ‘permiso de la inflación’ para bajar tasas».

La moderación observada en sectores sensibles como la energía y los alquileres alimenta la idea de que el proceso desinflacionista continúa, pero no despeja del todo las dudas: ¿es este un punto de inflexión real o solo un respiro transitorio en una economía todavía recalentada por estímulos previos y una demanda resiliente?

La presión política y el factor Trump

El tablero se complica aún más en el plano político. La administración de Donald Trump aparece como un actor determinante en la configuración del actual escenario macroeconómico. Según los datos manejados por los analistas, las medidas impulsadas desde la Casa Blanca han contribuido a impulsar la actividad productiva, reforzando el crecimiento y, al mismo tiempo, estrechando el margen de acción de la Reserva Federal.

La presión del Ejecutivo se traduce en una estrategia orientada a mantener la economía en expansión, lo que choca con el objetivo de Powell de normalizar la política monetaria con recortes ordenados de tipos. De ahí surgen las preguntas de fondo:
¿Podrá la Fed mantener su independencia frente al empuje de la Casa Blanca? ¿Estamos ante un cambio estructural en la relación entre política fiscal y monetaria, o solo ante una pausa táctica en un ciclo que terminará imponiendo nuevas subidas o retrasos en las bajadas de tipos?

Mercados nerviosos y repunte de rentabilidades

El impacto del dato no se ha limitado al plano teórico. Los mercados financieros han reaccionado con rapidez. Pepe Baynat, director de bolsasyfuturos.com, subraya cómo las rentabilidades de los bonos han experimentado un repunte notable tras conocerse las cifras, reflejando el ajuste de expectativas de unos inversores que tratan de reposicionarse en un entorno más volátil.

El movimiento recuerda que el mercado «tiene memoria» y tiende a reaccionar —a veces de forma exagerada— ante señales divergentes entre crecimiento e inflación. La sensación dominante es de cautela, aunque la alta volatilidad abre también oportunidades puntuales para quienes son capaces de identificar desajustes entre precio y valor en activos de riesgo.

Dilemas para 2026

De cara a 2026, las perspectivas no son menos complejas. Lorenzo Coletti, director para Iberia en Pictet AM, advierte de que la combinación de aranceles persistentes y restricciones en la oferta de mano de obra puede limitar cualquier intento de bajar tipos de forma rápida en la primera mitad del año.

Este escenario condiciona no solo la hoja de ruta de la Fed, sino también el comportamiento de las economías conectadas con Estados Unidos en un contexto de globalización tensionada por factores geopolíticos y comerciales. Para Powell y su equipo, la tarea consiste en encontrar un equilibrio delicado entre no ahogar el crecimiento y no reavivar la inflación, en un entorno donde la presión política, las expectativas del mercado y la realidad de los datos rara vez se alinean.

Comentarios