Esta es la razón por la que solo un gigante tecnológico está frenando al Dow Jones pese al fin del cierre del Gobierno
Descubre por qué solo un gigante tecnológico está frenando al Dow Jones pese al fin del cierre del Gobierno y qué impacto tiene en los mercados financieros
Wall Street abrió en rojo este jueves, poniendo freno al optimismo inicial tras el fin del cierre gubernamental más largo en la historia de Estados Unidos. La reapertura, firmada por el presidente Donald Trump, no ha despejado las dudas: los inversores siguen a la espera de datos oficiales que llevan semanas ausentes y que podrían no publicarse nunca. Y esa incertidumbre, más que cualquier cifra puntual, es hoy el verdadero motor del mercado.
El Dow Jones retrocedió un 0,20% al inicio de la sesión hasta los 48.173 puntos, el S&P 500 cayó un 0,76% y el Nasdaq lideró las pérdidas con un 1,30%, lastrado una vez más por el repliegue en valores tecnológicos y de inteligencia artificial. Lo que hace apenas unos días era un entorno propicio para el riesgo ha cambiado de temperatura, y ahora los índices se mueven con cautela mientras los inversores intentan interpretar señales débiles, fragmentadas e incompletas.
Un mercado a ciegas: datos clave que podrían no volver
El apagón estadístico durante el shutdown ha dejado tanto a la Fed como a los analistas operando sin visibilidad. Y lo más inquietante: la Casa Blanca ha confirmado que los informes oficiales de empleo y de IPC de octubre podrían no publicarse jamás. No es solo un retraso; es la posibilidad real de un agujero en la serie histórica de dos de los indicadores más relevantes del país. Algo así no había sucedido en décadas.
La ausencia de datos no llega en un momento cualquiera, sino en un punto delicado para la economía estadounidense. ADP reportó que los empleadores recortaron más de 11.000 puestos de trabajo por semana hasta finales de octubre, mientras que Indeed reflejó una caída del 16% en las ofertas del comercio minorista. El consumo se mantiene relativamente estable, pero la confianza empresarial se ha enfriado, y el frenazo en la contratación anticipa turbulencias.
Sin estadísticas oficiales para contrastar, la volatilidad está prácticamente garantizada. Las casas de análisis han empezado a recurrir a datos alternativos —movimientos bancarios, geolocalización, encuestas privadas— creando una imagen parcial, aproximada, pero no necesariamente precisa. Eso solo incrementa la ansiedad del mercado.
La Fed enfría las expectativas de recortes
La conversación dominante entre traders y analistas gira en torno a la política monetaria. Un cierre gubernamental tan prolongado no solo paralizó informes clave, sino que también retrasó la lectura del propio Comité Federal de Mercado Abierto. La incertidumbre es tal que los inversores ahora solo otorgan un 54% de probabilidades a un recorte de tipos en diciembre, frente al 70% de la semana pasada.
Varios miembros de la Reserva Federal han expresado dudas sobre la necesidad de intervenir de nuevo en un contexto en el que la inflación parece descender, pero el empleo comienza a mostrar grietas. Esa mezcla —no del todo clara, difícil de medir con precisión por falta de datos oficiales— está generando lo que algunos economistas denominan “paradoja estadística”: la Fed debe guiarse sin brújulas, mientras el mercado interpreta silencios y declaraciones puntuales como señales críticas.
La rotación sigue: tecnología sufre, el Dow resiste
La presión sobre el sector tecnológico persiste. Las grandes compañías vinculadas a la inteligencia artificial están viviendo un periodo de corrección tras meses de euforia. Nvidia y Alphabet bajaban antes de la apertura, mientras que otras grandes tecnológicas siguen arrastrando dudas por sus altos niveles de valoración y por las previsiones de gasto elevadas para 2026.
Esa rotación ha dado oxígeno a sectores más defensivos, como salud y consumo básico. Empresas como Merck, UnitedHealth o Johnson & Johnson se han beneficiado de un flujo de capital que busca más estabilidad en tiempos de incertidumbre macroeconómica. Precisamente esa rotación ha permitido al Dow marcar máximos históricos en los últimos días, aunque hoy corrigió ligeramente en línea con el conjunto del mercado.
El mercado también mira muy de cerca a Nvidia, cuyo informe de resultados la próxima semana será considerado un examen decisivo para el rally de la IA que ha impulsado a Wall Street este año. Un crecimiento por debajo de lo esperado podría desencadenar correcciones amplias, mientras que una sorpresa positiva podría dar un nuevo impulso al sector.
Entre las excepciones del día, Cisco Systems subió más del 6% en el premarket tras elevar previsiones de ingresos y beneficios; y JD.com avanzó un 1,5% tras superar expectativas de ventas en China, un mercado que también vive su propio periodo de transición económica.
Argentina y el “efecto Milei”: un movimiento inesperado en el peso
En el plano internacional, Argentina vuelve a captar la atención. La victoria legislativa de Javier Milei ha abierto la puerta, según Goldman Sachs, a un régimen cambiario más flexible para el peso. Desde abril, el país avanzó hacia un esquema de flotación más amplia, dejando atrás controles estrictos y permitiendo al mercado determinar con mayor libertad el valor de la moneda. Las señales han sido bien recibidas por algunos inversores, aunque el camino está lejos de ser firme.
El dólar se negocia cerca de 1.408 pesos, en el extremo superior del nuevo rango de flotación ampliado. La combinación de apoyo estadounidense, una inflación que comienza a moderarse —aunque sigue siendo altísima en términos internacionales— y la promesa de reformas estructurales ha cambiado el tono del mercado, pese a que la incertidumbre política continúa siendo significativa.
Goldman advierte que el nuevo escenario ofrece una “ventana de oportunidad”, pero no garantiza estabilidad sostenida. El peso podría seguir moviéndose dentro del rango, pero la intención del Gobierno de mantenerlo en la zona alta refleja un intento por ganar competitividad exportadora en un momento en que la economía necesita un impulso claro.
Un mercado global condicionado por la política
La reapertura del Gobierno estadounidense, el experimento cambiario argentino, la corrección tecnológica en Wall Street y la ausencia de datos oficiales conforman un mosaico de complejidad global que no se veía desde la pandemia. En lugar de un entorno claro, los inversores se encuentran con intersecciones de política y economía cada vez más frecuentes. La temporada de resultados será clave para calibrar la salud real de las compañías, pero sin datos fiables sobre empleo e inflación, el margen de error se amplía peligrosamente.
A corto plazo, los analistas prevén más jornadas de oscilaciones bruscas, impulsadas por rumores, filtraciones, comunicados incompletos y lecturas interpretativas de la Fed. Y a medio plazo, la gran pregunta sigue vigente: ¿cómo afectará esta mezcla de incertidumbre institucional, dudas tecnológicas y ajustes monetarios al crecimiento de 2026?
Por ahora, Wall Street avanza con prudencia, consciente de que la falta de datos no es solo una molestia temporal, sino un riesgo estructural para la precisión y la toma de decisiones en el mercado financiero más grande del mundo.

