Francisco Quintana (ING): “Una caída de Wall Street tendría un impacto global inmediato en dos tercios del valor bursátil mundial”
El jefe de Estrategia de ING España, Francisco Quintana, advierte que el destino de los mercados internacionales sigue ligado al comportamiento de Wall Street, que concentra más del 65 % del valor de la bolsa mundial. Aunque descarta una crisis similar a la de las puntocom, alerta de posibles correcciones del 10 % al 20 % si las tecnológicas no logran transformar sus beneficios actuales en crecimiento real.
La incertidumbre domina los mercados en el último tramo de 2025. Para Francisco Quintana, jefe de Estrategia de ING España, el año se encamina a un cierre marcado por la volatilidad y la dependencia estructural del sistema financiero internacional respecto a Wall Street. “Si Wall Street cae, el efecto sería inmediato en la economía mundial, porque dos tercios del valor total de la bolsa global dependen de lo que ocurra en Estados Unidos”, afirma el analista.
Según Quintana, la situación actual no puede compararse directamente con la burbuja tecnológica de los años 2000. A diferencia de aquella época, las grandes tecnológicas estadounidenses —como Apple, Microsoft, Amazon, Google o Nvidia— “siguen generando beneficios sólidos y con márgenes muy por encima del promedio del mercado”. Sin embargo, advierte que el desafío está en saber si la enorme reinversión de beneficios en inteligencia artificial e infraestructura realmente se traducirá en crecimiento sostenible. “Si el mercado percibe que esa reinversión no se convierte en rentabilidad futura, podríamos ver correcciones del 10 % o incluso del 20 % en los principales índices”, apunta.
El experto señala que la incertidumbre política en Estados Unidos, marcada por el cierre prolongado del gobierno federal, ha generado un “ruido” adicional que afecta a la confianza de los inversores, aunque con un impacto macroeconómico limitado. “El shutdown tiene más efecto psicológico que real sobre la economía, pero introduce dudas justo cuando los mercados buscan estabilidad”, comenta.
La Reserva Federal, por su parte, se mantiene prudente respecto a los recortes de tipos de interés. Quintana subraya que las probabilidades de un ajuste en diciembre han bajado del 95 % al 65 %, reflejando el temor del banco central a relajar su política monetaria antes de tiempo. Este contexto, según ING, condiciona la evolución de la renta variable, especialmente en sectores dependientes de la liquidez, como la tecnología o el inmobiliario.
Europa, sin embargo, muestra una imagen más estable. “La economía europea está resistiendo mejor de lo esperado, con tasas de paro históricamente bajas y datos positivos en los índices PMI, sobre todo en Alemania y España”, explica Quintana. Además, destaca que las valoraciones de las bolsas europeas son más razonables que las estadounidenses, lo que ofrece cierto margen de protección ante un posible ajuste global.
En cuanto a la gestión de carteras, ING ha decidido ajustar sus posiciones para recuperar el equilibrio original entre renta fija y variable. El banco mantiene una visión selectiva, apostando por sectores con potencial de crecimiento y fundamentos sólidos, como la tecnología y las finanzas, aunque con cautela por el alto nivel de valoración. Asimismo, recomienda vigilar los mercados emergentes, que podrían verse beneficiados por la debilidad del dólar en los próximos meses.
“Estamos ante un mercado que no está en crisis, pero sí en una fase de madurez muy delicada. El ciclo de inversión en inteligencia artificial y los cambios políticos en Estados Unidos marcarán el ritmo del crecimiento global en 2026”, concluye Quintana.