¡Bomba tecnológica! Dell sube un 5 % y eleva radicalmente su crecimiento
Dell Technologies sacude Wall Street: la empresa ha elevado sus previsiones de ingresos anuales a un 7-9 % y casi dobla sus expectativas de crecimiento del beneficio por acción hasta un 15 %. Todo ello sustentado en la creciente demanda de infraestructura para inteligencia artificial. Las acciones reaccionaron al alza antes de la apertura, reflejando el renovado optimismo de los inversores.
Dell no pierde el pulso al ritmo frenético del mercado tecnológico. En un anuncio que ha captado la atención de analistas e inversores por igual, la compañía ha revisado al alza su “marco financiero a largo plazo”: ahora proyecta un crecimiento anual compuesto de ingresos entre 7% y9 %, frente al rango anterior del 3% al 4%. Al mismo tiempo, ha elevado sus expectativas de crecimiento del beneficio por acción ajustado (EPS) hasta al menos un 15%, casi el doble del 8% que figuraba antes.
La razón fundamental detrás de este cambio no es otro que el auge de proyectos de inteligencia artificial: Dell ve una “hambre” de sus clientes por capacidad computacional, almacenamiento y redes capaces de soportar cargas de trabajo del IA a escala. “Los clientes demandan IA y el cómputo, almacenamiento y red que ofrecemos para desplegar inteligencia a escala”, aseguró Michael Dell, presidente y CEO de la empresa.
La reacción en los mercados no se hizo esperar: durante el premercado, las acciones de Dell incrementaron su valor en torno al 5 % (incluso hasta 7 % en algunos medios) tras el anuncio.
Dell también ha reafirmado otras de sus políticas estructurales: se compromete a aumentar el dividendo trimestral en un 10 % o más anualmente hasta el ejercicio 2030, así como a mantener una política de retorno de capital a los accionistas fuerte.
A tono con esta ofensiva, Dell ha estado ampliando su catálogo de servidores AI avanzados. En mayo de 2025 presentó una nueva línea de servidores con chips Nvidia Blackwell Ultra, capaces de admitir configuraciones masivas y optimizados para tareas intensivas de entrenamiento de modelos. Esta apuesta por innovación ayuda a respaldar el discurso optimista frente a los inversores.
No obstante, como advierten varios analistas, este optimismo no está exento de desafíos. La competencia es feroz —entre otros, HP y fabricantes de servidores de nicho— y los costes de producción, importación y energía ejercen presión sobre los márgenes. Además, la volatilidad macroeconómica global y las tensiones de la cadena de suministro podrían plantear riesgos inesperados.
Dell también se apoya en tendencias estructurales favorables: la inminente retirada del soporte para Windows 10 por parte de Microsoft podría arrastrar un ciclo de renovación masiva de PCs empresariales y de consumo, lo que beneficiaría a fabricantes como Dell.
En síntesis, Dell ha hecho una jugada audaz: pasar de expectativas moderadas a un escenario agresivamente optimista. Si su predicción se cumple, no solo justificará el repunte bursátil inmediato, sino que reafirmará su posicionamiento estratégico como proveedor clave de infraestructura para la era de la inteligencia artificial. Pero el reto es gigantesco: transformar demanda en beneficio, sin que los costos o la competencia erosionen la ventaja.
